Más preguntas como respuesta [17-04-2020]
Un mar embravecido de dudas sacude el embate de sus olas en el acantilado de los pensamientos, arrojando a la playa del conocimiento, más preguntas como respuesta. Mojo este onírico pensamiento en el primer café antes del amanecer, no sé que habré estado soñando, la duda, las dudas, parecen haberse despotricado y corren como caballos salvajes a nuestro alrededor, en violenta estampida, sembrando el temor y el desconcierto. Nos asaltan las dudas de la mano de sus primas, las incertidumbres, comandadas por su padre, el miedo.
Pero lejos de amedrentarme, respiro hondo y cambio la mirada de mis pensamientos, y aprecio más cosas buenas que malas en la duda, si la peso en la balanza imaginaria.
Si reflexiono, puedo ver la duda como una actitud, un detenerse, una interrupción del “piloto automático” de lo cotidiano, como una sospecha lanzada sobre que es lo que nos hace felices, que es lo que nos hace bien, que es lo que queremos hacer con nuestra vida, me la planteo como la duda filosófica, pensando, buscando la felicidad, la belleza, el bienestar…
En estos tiempos, al menos hasta el inicio de esta crisis (luego ya veremos), ese detenerse que precisa la duda no está muy bien visto, genera suspicacias, porque la duda genera inseguridad y nuestra mente inconsciente precisa de certezas constantes, precisa de seguridad. Sin embargo, tal vez, la duda sea muy útil como herramienta en la búsqueda de la verdad, si es que existe una “verdad verdadera”. Puede que nos ayude a separar la hojarasca de las falsas certezas que tanto parecemos necesitar, y que por lo tanto creamos, en nuestra condición humana, vistiéndolas de religiones, ideologías, fanatismos, ortodoxas convicciones o posturas dogmáticas. Esta necesidad de certezas nos lleva a construir estas seguridades que, cuando demuestran su falsedad, generan todavía más inseguridad, apuntando hacia los extremos, mientras que la actitud de sana sospecha, que siembra la duda filosófica, nos conduce, en bella relación, a la moderación.
Así que, podemos encontrar placer en cuestionarnos, en dudar, en sentirnos más libres mediante ese proceder hacia nosotros mismos, ese no perder el placer de pensar, de utilizar como terapia ese cuestionarse, aunque no sea fácil, aunque a veces lleguemos a este proceso desde el dolor o a través de él. A veces, quizá las más, no hay sanción, no hay liberación, si no transitamos a través del dolor, la tristeza o el sufrimiento. Quizá Sócrates tenia razón cuando decía que el tenia el mismo oficio que su madre, que era partera, solo que ella ayudaba a las madres a parir a sus hijos y el ayudaba a sus discípulos a dar a luz a sus ideas. Ambos procesos son dolorosos pero al final de ambos procesos también hay una iluminación, una liberación. Y aunque aveces nos hundamos en profundos pozos, a los que nos arrastran ciertos sentimientos, todo puede depender del sentido que les demos, los sentimientos también pueden ser interpretables, podemos dejar que el sufrimiento no nos permita salir de la cama o podemos enfrentarlo, viéndolo como una oportunidad para aprender y fortalecernos.
Buen día a tod@s!!!
Os quiero Bandid@s!!!
“Las dificultades fortalecen a la mente, al igual que el trabajo lo hace al cuerpo.” Séneca
Bueno después de daros el peñazo, ¡gracias por estar ahí!, os dejo una canción de Sting, “The Book Of My Life”, una pasada de tema, espero que disfrutéis de él tanto como yo.