¿Qué es la Atención Plena?
Primero hay que saber qué no es: la Atención plena no es relajación, no es una religión ni una filosofía.
Es la capacidad de la mente para prestar una atención plena en el momento presente, en el “aquí y ahora”. Sin criticar, ni juzgar ni observar la experiencia. Simplemente, observando.
¿Por qué es importante cultivar la Atención Plena?
Para contestar a esta pregunta voy a hacerte otra yo a ti:
¿Dónde, en qué lugar y momento, se encuentra la felicidad?
La respuesta es más sencilla de lo que parece: en el “aquí y ahora”. Es en el aquí y ahora donde podemos actuar, es en el aquí ahora donde podemos hacer algo, es en el aquí y ahora donde podemos disfrutar. Y sin embargo, es cuando vivimos sumidos en las rumiaciones del pasado o las preocupaciones por el futuro, cuando no nos permitimos aprender y gozar de los momentos de vida.
Esta ilustración lo refleja bastante bien: ¿mente llena, o mente plena?
¿Qué sale de la fusión entre el Mindfulness y la Inteligencia Emocional?
Meditar sobre las propias emociones.
Porque paradójicamente: la Atención Plena consiste en entrenar para fijar la atención en la experiencia y ser capaces de que los procesos internos, tales como las ya mencionadas rumiaciones o las preocupaciones, no interfieran o nos desconecten, mientras que la Atención Emocional Plena consiste precisamente en prestar atención plena a nuestro mundo interior, con el fin de no evitar aquellas emociones que son negativas, porque afrontando la emotividad negativa conseguimos reducir el impacto que nos provoca.
En definitiva: el Mindfulness, ya sea centrado en la experiencia externa o interna, es una herramienta que nos sirve para disfrutar de lo bueno de la vida y sobrellevar mejor lo malo.
Mente plena para una vida plena.