Durmiendo Boca Abajo: Eres una persona caprichosa
La posición define una actitud de “apropiarse de todo“. Se trata de personas egocéntricas y más bien ciclotímicas, y no es raro que sean caprichosas en asuntos del corazón. Concentradas en sí mismas, vuelven la espalda al mundo y esgrimen la protesta de quien no está conforme. Tal vez con un poco más de amor en la vida logren relacionarse mejor con el mundo.
Duermes en el Borde de la Cama: Eres una persona transgresora
Personas excéntricas, originales, aquellas que duermen sobre el borde de la cama. Siempre en equilibrio y siempre a punto de caer. Pero nunca caen, se encuentran bien en sus actitudes desafiantes. Imprevisibles hasta para sus parejas, pero siempre fascinantes. Por ser diferentes, muchas veces la sociedad las rechaza. Buscan relaciones complejas.
Prefieres dormir Boca Arriba: Como una reina o un rey
Cuerpo extendido sobre el lecho y con las piernas ligeramente separadas, parece ser la posición preferida de los reyes. El cuerpo está completamente abandonado como corresponde a una persona de carácter fuerte, optimista inclusive en el amor. Reflexiva y de reacciones rápidas pero basadas en el sentido común, cuando ama no la guía la fantasía sino el puro realismo.
Quizá la postura Cuchara (bien juntitos): Revela gran intimidad
Es la posición en que más contacto tienen los cuerpos de la pareja. Revela un alto grado de intimidad, de necesidad mutua. Uno encuentra en el otro la respuesta a sus necesidades más profundas. Su aspecto negativo se manifiesta en que alguno de los dos puede impedir el desarrollo del otro. Cuando ésta simbiosis se rompe, el más frágil queda muy dañado.
Tal vez duermes en Posición Fetal: A la defensiva
El cuerpo se cierra completamente sobre sí: quienes prefieren dormir acurrucadas trasuntan inseguridad. Les falta coraje para enfrentar la vida y necesitan ser tranquilizadas y amadas. Son tan cerradas que les resulta dificultoso expresar estos deseos. En realidad, desearían que los demás la intuyeran, pero traspasar su caparazón defensivo es toda una hazaña.
Ahá!, duermes con una Pierna Plegada: Persona perfecta
Se la denomina “la posición racional” porque no sugiere excesos de ningún tipo. Es una postura armónica en la que el cuerpo está suficientemente recogido en autoprotección, a la vez que se abre en señal de disponibilidad hacia los demás. En esta posición una mano se apoya naturalmente bajo la almohada, lo que demuestra una razonable necesidad de afecto.
Si te atraviesas en la cama: eres muy independiente
Persona segura. Autónoma, amante de la propia libertad. Si tiene que estar en soledad, no hay drama, siempre sabrá coma llenar su vida. Hay tantas cosas interesantes en este mundo, tanto por hacer, que apenas si le alcanza el tiempo. Pero esto no indica que prescinda de la pareja, sino que es una advertencia para el compañero/a: “Me gusta estar contigo, pero no intentes sofocarme”.
Juntos, en pareja: pero no tanto
Duermen un poco separados, pero no por falta de amor e intimidad. Revela una relación madura, que trasunta equilibrio. Pareja sana, responsable, donde cada uno goza de su autonomía personal. No son indispensables el uno al otro, pero compensan esto con la estima, el respeto recíproco y una gran estabilidad en la relación. La pasión no está ausente.
En pareja uno dispone y otro obedece
Es la situación más frecuente. Uno se apropia de la cama, es quien dispone, ordena, organiza, decide. El otro se conforma con lo que queda. Tipo de relación anticuada muy frecuente en las relaciones heteros, donde el hombre es el que dispone. Hoy la mujer moderna rechaza esto, pero es fácil caer. No se trata de empujar al que ocupa todo el espacio para desalojarlo, sino de, suavemente ocupar más lugar para poder compartir la cama y la vida.
El brazo de uno sobre el otro: Esta persona es mía!
Es inequívocamente una expresión de posesión. Cuando la pareja duerme junta en esta pose el mensaje es preciso: se induce al otro a someterse. Para tolerar bien el brazo del compañero sobre nosotros debe existir un abandono interior, confianza, intimidad. De otro modo, el peso sería insoportable. De manera que la sensación puede ser muy placentera, o muy sofocante.