El autoconcepto o la opinión que uno tiene de sí mismo es un factor importante de la personalidad que sirve de pauta interpretativa y guía de las experiencias vitales. Existen diversos aspectos de la persona que se hallan relacionados con el autoconcepto, como núcleo alrededor del que giran cualidades y experiencias.
Autoconcepto y aspecto físico
La presencia corporal que cada individuo aporta a las relaciones sociales, es un factor determinante de las mismas, que puede colaborar para alcanzar el éxito personal. La familia juega un papel decisivo en la elaboración de la imagen corporal por medio de la información que el hijo recibe respecto a ese aspecto.
Cada persona posee una imagen de su físico, que en parte, puede contrastar por sí mismo o bien a través de comparaciones con los demás. Estos pueden ser mitos elaborados por motivaciones estéticas y comerciales que, por medio de la publicidad, se convierten en el arquetipo de belleza. La presencia física tiene una repercusión social inevitable que se proyecta en poseer determinadas cualidades físicas que varían entre las culturas.
Autoconcepto y sexo
Existen ciertas cualidades de la personalidad que pueden mostrarse muy unidas al sexo. Los hombres, se autoasignan audacia, gusto por el riesgo, deseo de libertad e independencia, importancia de parecer inteligente, estar seguro de sí. Mientras, las mujeres dicen ser más audaces, más seguras, menos apegadas a la vida familiar, con un mayor deseo de libertad e independencia y poseedoras de un mayor interés por la profesión.
Autoconcepto y rasgos personales
En el autoconcepto se reflejan variables personales, sociales, ambientales, intelectuales y afectivas. Algunas investigaciones señalan que los sujetos con alto autoconcepto se diferencian de aquellos con bajo autoconcepto en: su ajuste psicológico, autoestima, estabilidad emocional, seguridad, salud mental, pensamiento más flexible y con menos prejuicios y aceptación de sí.
Además se ha comprobado que las personas con baja autoestima se quejan de padecer nerviosismo, bajo apetito e insomnio, son más sensibles a la crítica y a la burla y tienden a sentirse más solos, debido a la incomunicación que se ven obligados a mantener con los demás por miedo que se descubra su debilidad.
Fuente: Gimeno Sacristán, José (1976) “ Autoconcepto, sociabilidad y rendimiento escolar”. Instituto Nacional De Ciencias De La Educación. Madrid.