Cosméticos, ¿Todo virtudes?
El cuidado de la piel preocupa a casi todo el mundo, hombres y mujeres. Para ello existen multitud de cosméticos, cada uno con su función determinada. Todos ellos producen un beneficio para la piel, aunque algunos también tienen sus efectos secundarios.
En el cuidado de la piel existen diferencias notables entre el hombre y la mujer. Los varones, por cultura y tradición, se hallan más alejados de utilizar tratamientos que la mujer. Pero también por la propia fisiología que presenta su piel. Casi el 70% de las mujeres españolas utilizan cremas de belleza para la cara, mientras que en los hombres el porcentaje baja hasta el 20%.
Las mujeres utilizan sobre todo hidratantes nutritivas y cremas antiarrugas. También usan otros productos que previenen el envejecimiento, además de los revitalizantes. Por su parte, los hombres usan en su gran mayoría el After Shave para el afeitado. Cremas hidratantes, antiacné y antiarrugas se utilizan en menor medida.
Tratamientos según la piel
Existen pieles delicadas que necesitan un trato especial. Las personas con ojos claros y piel fina y clara tienen una predisposición mayor a padecer una hipersensibilidad cutánea. Ello causa picor, enrojecimiento y una sensación de acaloramiento. La contaminación podría ser la principal causa de este efecto, que aparece entre los veinte y los cincuenta años.
Respecto a los cuidados de la piel, aunque no existe la crema milagrosa que elimine por completo las arrugas profundas y las manchas, la única posibilidad es atenuarlas. Varios tratamientos ofrecen unos resultados aceptables. La mayoría de las cremas tienen un fundamento teórico válido, aunque no está demostrado en ensayos clínicos médicos.
Los productos antienvejecimiento
Suelen estar compuestos por antirradicales libres, filtros UV y antioxidantes como las vitaminas A,C y E. Estas cremas impiden que el tabaco, la contaminación atmosférica y los rayos del sol aceleren el envejecimiento de la piel. Los antimanchas incorporan ácidos frutales y sobre todo, sustancias que inhiben la formación de melanina. Esta es la responsable de la hiperpigmentación y el oscurecimiento de la piel.
Los productos antiarrugas
También incorporan ácidos similares a los de los antimanchas. Las sustancias empleadas para tratar arrugas son los alfahidroxiácidos o derivados de ácidos frutales. También los ácidos glicólico y retinóico. Estos actúan regenerando las zonas tratadas y haciendo que aparezca una piel nueva. Aunque los tratamientos dermatológicos que producen este efecto también pueden provocar una leve hidratación, ésta desaparece al dejar de utilizarlos.
Mascarillas exfoliantes
Eliminan las células muertas de la capa córnea, que es la más externa o superficial de la piel. Suele bastar con usar una de estas cremas exfoliantes una vez por semana para conservar el cutis sin impurezas. No es conveniente aplicarlas con más frecuencia. A lo sumo, un par de veces por semana. Una utilización mayor podría irritar y erosionar la piel.
Las cremas hidratantes
Incorporan aceites esenciales y lípidos que hidratan hasta las pieles más sensibles. No son comedógenos, es decir, no provocan la incómoda aparición de comedones y espinillas. Las cremas específicas para hombres son menos oleosas en su composición y se absorben rápidamente.
El After Shave
Es un remedio contra la erosión que sufre la piel tras el afeitado. Antes se solía pensar que había que desinfectarla con alcohol. Pero ello incrementaba su irritación, por lo que es recomendable que el After Shave no incluya alcohol entre los elementos que lo componen.
Por lo general la barba y bigote del hombre, unidos a unos folículos pilosos más anchos, protegen la piel masculina. Hacen que se forme una especie de coraza protectora que dificulta la aparición de las arrugas. En caso de producirse, aparecen en la frente del hombre.
En la mujer se localizan en la parte inferior de la cara y alrededor de los ojos. Las bolsas que aparecen bajo estos son producto de un descolgamiento de la piel o por enfermedades del riñón. El sistema para eliminarlas es la blefaroplastia. Es una técnica quirúrgica de reparación del párpado.