Las vitaminas son un nutriente importante y esencial para mantener la salud y la belleza del cuerpo. Éstas se encuentran en la naturaleza, es decir, en los animales y las plantas, y pasan a ser asimiladas por el organismo humano a través de la comida o de productos específicos que las recogen.
Existen trece vitaminas diferentes, de las cuales, la vitamina A, B, C y E, resultan vitales para lograr un buen cuidado de la piel. De hecho, las marcas de cosméticos que se encuentran actualmente en el mercado, ya se han dado cuenta. Utilizan estas vitaminas para crear cremas que regeneren y mantengan el buen estado de la piel.
La vitamina A: cuando es asimilada por el organismo regenera de una manera notable la piel, rejuveneciendo el aspecto. Además, combate la piel seca proporcionándole una mayor elasticidad y firmeza. Incluso, la vitamina A es capaz de favorecer la suavidad de ésta.
La vitamina B: concretamente un componente de ésta, conocido como pantenol, además de combatir las inflamaciones, ofrece elasticidad y suavidad a la piel. Por otro lado, resulta un buen aliado para combatir y superar el estrés.
La vitamina C: por su parte, además de reafirmar y proporcionar mayor elasticidad a la piel, actúa sobre la pigmentación de la piel unificando el tono de piel por todas las partes del cuerpo. Esta vitamina es incluso capaz de favorecer una piel más fina al tacto.
La vitamina E: resulta una vitamina muy positiva para la piel pues ofrece gran cantidad de beneficios. Por un lado tiene propiedades de carácter anti – inflamatorio y ayuda a cicatrizar o a reducir cicatrices de operaciones o causadas por el acné juvenil. Por otro lado favorece la circulación sanguínea que le permite aumentar la elasticidad de la piel y combatir de una manera eficaz las arrugas. Incluso, resulta un buen protector solar.