La adolescencia se trata de un periodo de cambios en los que la persona pasa de la dependencia a la independencia, y atraviesa una crisis de identidad que se expresa a través de vivencias que pueden ser desagradables y en comportamientos conflictivos.
En esta etapa aparecen una serie de problemas de salud, entre los que destacan los comportamientos de riesgo y otros trastornos relacionados con la sexualidad, abuso de sustancias y problemas emocionales que en ocasiones se manifiestan como depresión y otras como trastornos de la conducta alimentaría.
Los adolescentes tienen niveles altos de angustia que se acompañan de sentimientos de soledad, extrañeza, irritabilidad, desánimo, inseguridad y baja autoestima. Tienden a sufrir problemas de autoestima debidos no solo a la distorsión de su imagen corporal sino también a los desafíos que se les plantean en el ámbito escolar o social.
La ampliación de las redes sociales supone una posibilidad de satisfacción, pero también una fuente de amenazas potenciales. Una característica principal de la adolescencia son los cambios rápidos en el estado de ánimo, que pueden llevar a la aparición de sentimientos depresivos o manifiestos enmascarados tras cuadros somáticos.
Salud
Otro de los problemas de salud más importantes en la adolescencia son los comportamientos de riesgo. Entre los 16 y los 24 años se produce la adopción de un gran número de comportamientos que podemos denominar de riesgo para la salud, que además tienden a convertirse en hábitos que prevalecen a lo largo de toda o gran parte de la vida adulta.
Los comportamientos de riesgo no solo expresan falta de información, sino que estos tienen mucho que ver con otros aspectos importantes en la adolescencia como la autoimagen, la presión del grupo, sentimientos y emociones que les invaden de manera intensa…
Estos comportamientos se traducen no solamente en una mayor probabilidad de desarrollar enfermedades en el futuro, sino que se traducen, ya, directamente en problemas en la misma etapa adolescente, como los embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual, o accidentes.
Por ello los adolescentes tienen necesidades de salud importantes que requieren intervención específica, a la vez que experimentan dificultades para conseguir ayuda adecuada. Por ello los profesionales de la salud, deben esforzarse por establecer relaciones de confianza con los adolescentes, que por supuesto en esta etapa, necesitan confidencialidad, sobre todo al margen de sus padres, y adoptar estrategias comunicativas para la entrevista con los jóvenes que atraviesan estas etapas.