Pillado “infraganti”
“Llevamos cuatro años juntos, con altos y bajos, pero yo aún muy enamorada de él. Hasta que a fines de diciembre lo comencé a notar raro. Las sesiones de fútbol se hicieron más seguidas, sus visitas eran cada vez menos y más rápidas, y extrañamente el celular sonaba y él lo apagaba nervioso. Me sonó a que algo malo estaba pasando y no me equivoqué.
Lo seguí un día que dijo trabajaría hasta tarde. Lo esperé afuera de su oficina, esperé a que saliera su auto y lo seguí hasta donde iba. Llegó a una casa absolutamente desconocida para mí a una hora muy temprano. Es decir, no trabajó hasta tarde. Se veía muy arreglado, tocó el timbre y una chica, también muy arreglada, le abrió la reja. Cuál fue la sorpresa mía, que en vez del saludo de amigos se dieron el mejor beso. Ahí me lo lloré todo. Él ya me había sido infiel, pero se supone que después de 4 años, y con planes de matrimonio para el próximo, no debería estar haciéndome esto.
El muy ingrato entró a la casa de la chica y salió de ahí como a las 4 de la mañana. O sea, sexo hubo sí o sí. Ahora él me suplica una segunda oportunidad y alega que fue un error. Pero, ¿puede un error durar tantas horas y no percatarte que estás siendo traidor con tu novia?”, se pregunta Sofía de 31 años, quien hasta el día de hoy no ha decidido qué hacer con su ex pareja, quien aún le pide regresar. Para ella, fue el quiebre de todo, aunque lo ama profundamente.
¿Qué hacer frente a una infidelidad?
Para responder a esta interrogante es necesario primero tener claro qué tan importante es para mí esa relación. Es decir, si sentimos un compromiso afectivo muy fuerte con esa persona. Lo ideal es que ante una situación de infidelidad se mantenga el corazón separado de la razón, actuando siempre con esta última. Pese al dolor y humillación, se debe mantener la tranquilidad y tratar de ver el asunto con objetividad, para lograr entender qué pasó entre ustedes que llevó a esta persona a ser desleal.
Ahora bien, todo lo anterior es realizable si el carácter te acompaña, pues si eres “puro corazón”, lo más probable es que no logres actuar de otra forma si no es con los sentimientos. Si es así, es mejor olvidar el asunto y seguir de largo. Claro, porque perdonar una infidelidad significa realmente olvidar que ello ocurrió, pues de lo contrario, tarde o temprano saldrá a flote el dolor y la desconfianza, dañando aún más la relación.
Conocer las razones o los porqué de la infidelidad no tiene mucho sentido. Y es que sea cual sea la causa, no debió haberte sido desleal, y decirte lo que sea sonará siempre a excusa de algo que es inexcusable. Sin embargo, en él puede presentarse un arrepentimiento, un reconocimiento de que se cometió el error y que se está dispuesto a hacer lo que sea necesario para enmendarlo. Es ahí donde tú debes decidir con los pies bien puestos en la tierra si estás dispuesta a dar una segunda o tercera oportunidad.
Así lo asegura el psicólogo Stephen Gullo, en su libro “El Shock Sentimental”, quien mantiene que, por muy difícil que se sienta, siempre se recupera la capacidad de amar: “Después de todo lo pasado, y con todo lo que se ha aprendido y logrado a partir del sufrimiento personal, no sólo se vuelve a ser capaz de amar, sino que además se disfruta de inmejorables ocasiones para desarrollar una relación amorosa más satisfactoria, basada en lo que se ha debido soportar y en un nuevo y más perfecto autoconocimiento”.
La voz de la experta
Para la sicóloga clínica Esther Morales, ante la pregunta de si seguir o no una relación después de una infidelidad (reiterada en este caso) aconseja: “Si tu pareja es un infiel crónico y a ti este comportamiento te produce dolor, inseguridad, rabia o daño psicológico, no dudes en dejarlo. De seguro mereces a alguien que te respete y te valore. Por último es muy válido el dicho “mejor sola que mal acompañada”.
¿Se recupera el amor?
Es difícil que la relación vuelva a ser la misma. Por algo se dice que “las segundas partes nunca son buenas”. Y es que cuando se ha entregado tanto amor y cariño, recibir de vuelta una traición así, daña a cualquiera y se pierde la confianza inmediatamente.
Dicen que el paso del tiempo lo sana todo y puede ser. Pero en este caso, además, se necesitará mucha madurez de ambas partes y espacios de conversación que permitan pegar cada uno de los trozos rotos por la infidelidad. En esta etapa no hay que callarse nada y hablar todo serenamente. En este período tal vez tengas la capacidad de comprender qué pasó y por qué ocurrió todo esto, y en base a eso y al amor que se supone tienen entre ustedes, podrán reconstruir la relación, aunque es un proceso largo y difícil para ambos. Si merece o no la pena el esfuerzo y trabajo, sólo tu corazón y tu mente lo saben.