Todos, en mayor o menor medida, nos sentimos atraídos por las plantas.
Nos perdemos en paisajes fascinantes, nos dejamos seducir por determinadas flores y en nuestro hogar siempre hay un espacio para ellas.
Unas personas aprecian unas plantas más que otras. Siempre hay plantas que son especiales para nosotros aunque no comprendamos el por qué de esto.
¿Por qué tenemos pasión por las orquídeas y no por las rosas?
¿Por qué a nuestro mejor amigo le gustan tanto los cactus?
Cada planta produce sensaciones especiales, diferentes, únicas. Al contemplar una rosa sentimos algo totalmente distinto a lo que sentiríamos si contemplásemos una dalia. Lo que hace que tengamos preferencia por esta o por aquella flor está relacionado con nuestra propia personalidad. Las plantas son, en este caso, un complemento de nuestra personalidad, un espejo de nuestros sentimientos.
De esta forma, la presencia de plantas en nuestro hogar puede ser un buen método para aliviar la tensión o la angustia. Además, el contemplar una planta con detenimiento resulta muy relajante. La energía liberada por las flores es muy fuerte e intensa, y su perfume puede trasladarnos a lugares y situaciones diversas sin movernos de casa.
Una de las flores más querida por las personas es la rosa. Sin duda, ella ocupa uno de los primeros lugares, sino el primero, en el corazón de los amantes de las plantas. Gracias a su textura suave y seductora, los pétalos de rosa nos transportan a mundos de amor y felicidad. Desde siempre relacionada con el sentimiento amoroso, la rosa conserva a través de su perfume, la belleza de la vida, al mismo tiempo que simboliza los momentos más dolorosos a través de las espinas de su tallo. La rosa ayuda a abrir los corazones de los seres humanos pues promueve el amor por encima de cualquier otro sentimiento.
Otra planta muy conocida, pero con connotaciones totalmente diferentes a los de la rosa, es el romero. Apreciado especialmente por personas solitarias, el romero permite que los seres humanos se impliquen en lo que les rodea. El hecho de tener un cierto aprecio a esta planta puede ser un indicio de que alguien se siente solo pero que busca el contacto con otras personas.
De la soledad pasamos a la espiritualidad, representada por la orquídea. Esta flor se relaciona con las emociones, promueve el descubrimiento de nuevas sensaciones a través de los sentidos, enriqueciendo las emociones que cada uno de nosotros guarda dentro de si mismo. Está especialmente recomendada para las personas creativas ya que despierta la intuición innata que existe en cada ser.
Los cactus, por su parte, están presentes en muchos hogares. Mirar para un cactus representa el descubrimiento de nuestra fuerza interior a través de las dificultades (simbolizadas por las púas del cactus). Apreciado por las personas solitarias, al igual que el romero; el cactus ayuda a encontrar la fuerza que poseemos dentro de nosotros mismos. Estas plantas transmiten energía, vitalidad, seguridad, al tiempo que aportan al ambiente, fuerza y determinación.
La dalia estimula la comprensión y es la flor preferida de aquellos que abusan de la parte racional de la vida renunciando, en muchas ocasiones, a la sensibilidad humana. Por esto, las personas demasiado racionales se sienten incompletas si no tienen una dalia al lado. Asimismo, la dalia representa la capacidad para comprender a los demás.
Las plantas, además de adornar nuestro hogar, pueden tener efectos positivos en el ser humano. Si somos unos apasionados de un determinado tipo de flor o planta no debemos dudar en adquirirla para sentirnos mejor con nosotros mismos.