¡El punto final de una relación exitosa es que cada uno este más pendiente de las necesidades de su pareja que con las suyas propias!
¿Recuerdas ese tiempo en tu relación que eras súper cariñoso(a) y nada mas te preocupabas de las necesidades de tu pareja?
A menudo esta etapa se considera la luna de miel de la relación.
¿Bueno, por qué fue tan fabulosa esa fase?
Porque cada uno se ponía más esfuerzo en la otra persona antes que en si mismo. Mostrabas interés, hacías preguntas, te dabas cuenta de la ropa que tu pareja llevaba puesta, estabas dispuesto(a) hacer cosas nuevas, se apreciaban uno al otro. Y sacaban tiempo para compartir juntos.
Entonces, hacen un compromiso uno al otro y la vida toma control. Sí, sí, yo se – no puedes hacer nada, así es la vida. Uno tiene que trabajar, para otros hay hijos que cuidar. Hay estrés. ¿Pero no es eso lo que significa tener una relación? La relación se hace más profunda y puede resistir la pérdida de algunas de estas frivolidades. ¿Pero hasta cuando?
Piénsalo. Si sólo estas pensando de tus necesidades y tu pareja sólo piensa en sus necesidades, entonces la relación esta hecha de dos personas egoístas que acabaran culpándose constantemente el uno al otro sobre lo que no están consiguiendo. Y eso ya no es una relación. Y aunque el estar en una relación no esta supuesto a completarte si debe aumentar tu existencia.
Trata de hacer algo de lo que hacías cuando estabas enamorando a tu pareja. Tal vez tendrás que hacer esto más de una vez porque el ritmo de la vida a veces se interpone y el tiempo no te alcanza. En otras palabras más simples, pon las necesidades de tu pareja primero!