¿A que le tememos? ¿A sonreír? ¿A hablar? ¿A mirar? ¿A sentir? ¿A que te engañen? ¿A no hacer lo que quieres? ¿A enamorarte? ¿A la vida? ¿A que te amen? ¿A no amar tanto como crees? ¿A amar más de lo que te aman? ¿A que cambien las cosas? ¿A no tener pareja? ¿A que no te salgan las cosas como las planeas? ¿A que pase el tiempo y no hayas hecho lo que quieres?…
Los miedos paralizan las acciones. Los miedos son una sensación de dolor y de nostalgia a algo que quizás aún no esta presente y aunque lo estuviera ¿Qué te cuesta trabajo? ¿Aceptar las cosas? ¿Que tus sueños no se cumplan? ¿Que tu vida no es la que quieres?
Si hay algo que te da miedo, enfréntalo!!!
No dejes que los miedos te invadan. Analiza lo que quieres hacer. No te preocupes más de la cuenta. Acción. Haz lo que tengas qué hacer, enfrenta tus sentimientos. Habla, lucha por lo que quieres, lucha por tus sueños, por tus proyectos.
Ahora, ¿te quieres comer el mundo? Está bien, pero no te estreses. Ve tus posibilidades, aumenta tus recursos, haz planes, llévalos a cabo, habla con quien tengas qué hablar. Vive, vive cada día al máximo. Disfruta lo que tienes en este momento.
Vive el hoy. El hoy determina lo que el destino te depara, construye día a día tu camino. No te angusties pensando en el mañana. Forja día a día, verás que las cosas toman rumbo, nada es perfecto. A veces las cosas no salen como las esperas o como las planeas. Aprende, levántate, siempre hay un día nuevo.
Piensa en el mañana, pero trabajando desde el hoy, ¿por qué te angustias pensando en qué vas a hacer mañana?, vive el hoy con pasos firmes, buscando lo que quieres, siempre la vida nos sorprende con muchas cosas. El tiempo avanza, así que debes avanzar junto con el tiempo. Construye día a día.
Muchas veces tenemos miedo de lo que podríamos no ser capaces de hacer, de lo que podrían pensar si lo intentamos. Dejamos que nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas, decimos que no cuando queremos decir sí. A veces nos callamos cuando queremos gritar y gritamos con cuando deberíamos callar.
Recuerda que hay que vivir cada día al máximo. No hay tiempo para tener miedo. Muchas veces creemos en el destino, esperamos que las cosas pasen y nos olvidamos de lo más importante: ¡¡¡creer en nosotros mismos!!!
Nos conformamos en vez de arriesgarnos, sin pensar que cada día que pasa nunca volverá. O al contrario, el tiempo que pasa te preocupa porque crees que no has hecho lo suficiente y quieres hacer más. Adelante, aleja tantas angustias, ve logrando objetivos, concéntrate en lo que quieres hacer.
“Aunque llueva alrededor de ti, todos los días el Sol brilla en la Tierra.”
¿Puedes con todo? ¿Quieres hacer más? Date tiempo, relájate, aprende a disfrutar lo que tienes y ve por más también Toma en cuenta que si te preocupas más de la cuenta no vives el hoy y todas tus acciones determinan el mañana.
Nada está escrito. Nada está hecho, ni siquiera lo imposible. Todo depende de nuestra voluntad, de esa fuerza que nos sale de adentro, de decir “si puedo” a cada desafío, sólo hay que proponérselo. Si sueñas con lograr algo, con destacar, con realizar una profesión, con lograr un objetivo, con cambiar, date cuenta que dentro de ti hay 206 huesos y más de 700 músculos esperando, sólo falta tu decisión, tus ganas de luchar por tus sueños.
Enfréntate a tu destino, corre cada día un poco más lejos, salta cada día un poco más alto. Date cuenta que ahí están quienes siguen corriendo cuando le tiemblan las piernas, quienes siguen jugando cuando se les acaba el aire, quienes siguen luchando cuando todo parece perdido, sufren pero siguen adelante, porque saben que el dolor pasa.
Hay algo que no desaparece, la satisfacción de trabajar por lo que quieres, por lo que sueñas, la diferencia es el espíritu, la determinación. El miedo paraliza y no permite que la reacción adecuada pueda manifestarse. Aquéllo que llamamos “nuestros sueños” es justamente lo que hemos venido a hacer, que nada detenga la manifestación de tus sueños.
Aunque llueva alrededor de ti, todos los días el Sol brilla en la Tierra.