Dejar de fumar, adelgazar, aprovechar mejor el tiempo libre… Los buenos propósitos se acumulan con la llegada del nuevo año. Según explica el doctor Pedro Ramos, convencerse de la necesidad de abandonar ciertos hábitos, quizás placenteros pero perjudiciales, es una de las claves para comenzar con buen pie una nueva temporada.
Alimentarse mejor
En general, hay que consumir menos cantidad de alimentos y distribuir mejor las comidas. El desayuno debe ser más consistente para hacer frente al trabajo del día, y la cena y el almuerzo, más ligeros. Es recomendable incrementar el consumo de verduras, legumbres y frutas para aumentar el aporte de fibra, minerales y vitaminas. Reducir el consumo de grasas y de bebidas alcohólicas contribuirán también a mejorar la salud.
Más ejercicio
Tanto si se padece alguna enfermedad del aparato locomotor como si no, practicar un poco de ejercicio diariamente -o, como mínimo, tres veces por semana- será de gran utilidad por los beneficios que reporta a los huesos, músculos, articulaciones, corazón, aparato respiratorio y sistema nervioso.
Descansar
Seis u ocho horas diarias de sueño resultan imprescindibles para procurar un buen descanso y recuperación al cuerpo. Además del tiempo, también resulta fundamental la calidad del descanso, para lo cual hay que tener en cuenta dos elementos: calidad del sueño y lugar del descanso. En el primero de los casos, los expertos aconsejan acostarse dos horas después de la última comida, no abusar del tabaco o alcohol por la noche y sustituir el café por infusiones. Igualmente hay que asegurarse de que el colchón se adapta perfectamente a la columna vertebral y de que evita posiciones forzadas.
Trabajar a gusto
Es necesario adaptar el esfuerzo al organismo y no al revés, así como marcarse unas metas que sean alcanzables para asegurarse su consecución. Hay que ser optimista y, siempre que sea posible, acudir al trabajo a pie o en bicicleta. En el caso de las amas de casa –más de seis millones en toda España- es fundamental distribuir adecuadamente el horario de trabajo y acabar con la barra libre o cocina abierta a todas horas.
Controlar el peso
En los países desarrollados como España, el sobrepeso supone un riesgo de enfermedad muy claro. Cuando se supera el peso ideal en apenas un 5% ya se tienen muchas más probabilidades de padecer patologías de tipo cardiocirculatorio, diabetes o alteraciones de la circulación. Un dato aproximado del peso ideal viene dado por el número de centímetros que superan el metro en la talla de una persona y traducido a kilos. (Por ejemplo, un hombre de 1,60 metros, debería pesar cerca de 60 kilos).
Ojo con el alcohol
Su elevado consumo es otro de los grandes problemas, aunque no se llegue al estado de embriaguez. Salvo el buen vino, que puede resultar saludable si se consume en cantidad moderada durante las comidas, el resto de las bebidas alcohólicas no favorecen en nada la salud. Sólo aportan un elevado número de calorías y obligan al hígado a que trabaje mucho más tiempo y en peores condiciones.
Aprovechar el tiempo libre
Es aconsejable reservar siempre una parte del día para dedicarlo a sus aficiones –deporte, pasear con los amigos, leer,…- ya que, además de servir de válvula de escape al trabajo y preocupaciones diarias, contribuye a establecer una mayor relación social y a mejorar nuestro bagaje cultural. Si la actividad laboral de una persona se realiza en solitario, esta medida resulta muy gratificante para hacer frente a la frustración, depresión y monotonía.
Practicar el buen humor
Reírse y mantener el buen humor es una de las mejores vacunas contra la tristeza y la depresión a la que muchas veces empuja la rutina diaria, la ansiedad, la pérdida de motivaciones… Está comprobado que el buen humor y la risa no sólo facilitan un estado de ánimo más propicio para hacer frente al trabajo y las obligaciones diarias, sino que también desde un punto de vista orgánico aumentan las defensas del organismo y reducen la tensión arterial.