Pinceladas de color
Con un toque de maquillaje estratégicamente aplicado se pueden modificar los rasgos faciales. No existen reglas fijas,
cada rostro es un mundo donde el maquillaje ofrece un sinfín de posibilidades.
Según el maquillaje que se aplique, se puede tener un aspecto sexy, sofisticado, inocente, sensual o perverso. Por ello, e independientemente de los gustos que se tengan, a la hora de aplicarlo es necesario tener claras dos cosas; cuáles son las necesidades y qué es lo que mejor sienta. Es la única forma de sacarse más partido.
Desde aquí se ofrecen unos consejos básicos para potenciar la piel, base de todo buen maquillaje; los labios, centro de atención de cualquier mirada; y las mejillas, como parte del rostro que descubre frescura y aspecto sano.
Boca sensual
Es cierto que las modas marcan mucho pero, si lo que se quiere es tener una boca sensual, es mejor inclinarse por barras de labios brillantes con efectos casi nacarados. Además, este tipo de carmín ejerce un acción hidratante sobre el labio.
La aplicación de un “gloss” aumenta el aspecto que se quiere dar. Puede utilizarse sólo o encima de la propia barra. Contienen partículas de purpurina con efectos dorados y plateados que dan a los labios un aspecto jugoso y sensual.
Utilizar un delineador de labial también ayuda a que esta parte del rostro sea la protagonista de todas las miradas. No se debe elegir uno muy oscuro, es mejor inclinarse por los tonos naturales. Puede aplicarse antes y después de la barra. Lo mejor es probar las dos opciones y quedarse con la que más favorezca.
Piel de terciopelo
Otro aspecto que ha de cuidarse especialmente, a la hora de maquillarse, es el cutis. Antes de aplicar cualquier sombra o colorete, es necesario cubrir la piel de la cara, de tal forma que parezca de terciopelo.
Para conseguirlo, cualquier maquillador profesional dice, que los fondos son un elemento indispensable para realizar cualquier tipo de maquillaje, ya sea sexy, sofisticado o totalmente natural.
La acción igualadora de estas cremas, disimula discretamente cualquier alteración cutánea y además proporciona un tono homogéneo a la piel. Antes de elegir la base, es necesario probar la crema, en la barbilla o en el cuello. De este modo, se acertará con el tono, que debe ser lo más parecido al color de la piel.
Es necesario tener claro que, el objetivo final de este tipo de cremas es unificar el cutis, dando una sensación de piel fresca y joven. No se trata de dar color, de eso se encargan otro tipo de productos.
Aspecto sano y natural
La otra parte de la cara, que hay que cuidar con especial atención son las mejillas. Es la parte del rostro que aporta un aspecto sano y natural. Atrás han quedado los coloretes que sólo potenciaban los pómulos. De esta manera se ofrecía una imagen demasiado dura.
Se trata de cubrir con la misma pintura, las mejillas, los párpados, el escote e incluso los labios. Para ello existen coloretes bien en barra o crema, o bien en forma de polvos. Los primeros son untuosos y se extienden con los dedos. Cada vez ganan más terreno al polvo tradicional por su comodidad y rapidez de aplicación.
Por su parte, los polvos con color son otra opción nada desdeñable. Es el producto ideal para conseguir un aspecto saludable al instante. Se aplican con brocha por todo el rostro y el cuello, haciendo especial incidencia en pómulos, frente y barbilla.