El largo pasaje de familiares políticos a familia
Existe un viejo adagio que trata de hijos e hijas, y tal vez lo hayas escuchado: Un hijo es un hijo hasta que se casa. Una hija es una hija para toda la vida. Realmente, esperamos que no sea verdad.
Seamos realistas: los hijos siempre serán hijos y las hijas siempre serán hijas, y siempre tendrán responsabilidades por los roles que cumplan. Pero la elección de quién tiene prioridad en tu vida se hace pública el día de tu propia boda . De allí en más, nadie más, ni los padres ni ninguna otra familia, podrán anteponerse al cónyuge. Nunca. Podrá resultar algo cruel, incluso ingrato, pero así es como tiene que ser. De otro modo, el vínculo del matrimonio nunca estará seguro.
Este concepto de dejar la familia y formar una nueva con el cónyuge le causa problemas a más de uno, especialmente al principio. En primer lugar, los recién casados no siempre están seguros del término anteponer y no siempre reconocen cuándo es adecuado, y necesario, poner límites.
También están las familias, especialmente las que son muy unidas, a las que les resulta muy difícil resignar su rol de soporte primario y que hasta suelen temer aquello que viven como la creciente distancia física y psicológica resultante del matrimonio.
Incluso parientes políticos bien intencionados pueden resultar molestos o controlantes en su deseo de preservar y proteger la relación con sus propios hijos. Suelen decir no estamos perdiendo una hija, estamos ganando un hijo. Sí, claro.
En resumidas cuentas, se trata de un tema bastante complicado porque, para bien o para mal, te han hecho lo que eres. Y ahora, para bien o para mal, también te has metido con la familia de alguien. Así que, lidiar con los parientes políticos, los propios y los de tu pareja, se convierte en una de las adaptaciones más importantes y, a veces, más difíciles, que los recién casados tienen que realizar.
Las buenas noticias son que la mayoría de las parejas logra preservar relaciones significativas con sus propias familias, a la vez que establecen nuevos vínculos con sus parientes políticos. Varias encuestas y estudios sobre el tema de las relaciones familiares revelan que, a pesar del cambio en los estilos de vida, las mudanzas, y otras exigencias de la vida, la mayoría de las parejas suelen conservar relaciones familiares sólidas e identifican a las relaciones con miembros cercanos y lejanos de la familia como su fuente primaria de satisfacción y apoyo personal.
La vida familiar es importante, y vale la pena dedicarle el tiempo y la atención necesarios para cimentar las relaciones con los parientes políticos, amigos y colegas. Las leyes las pones tú, cuando, como recién casado, empiezas a construir la base de tu propia familia.
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