Ley de Hering
– Indica que la curación debe llevarse a cabo de arriba abajo, de adentro afuera y en el sentido de aparición de los síntomas.
Por ejemplo: Primero deben desaparecer los síntomas de cabeza que los de los miembros, los que se relacionan con el interior antes que con los que tienen que ver con la piel. Deben desaparecer primero los últimos que aparecieron cronológicamente.
Si vemos una mejoría que no cumpla esta ley debe buscarse un nuevo remedio.