La blefaroplastia se realiza en quirófano, dentro de
una clínica u hospital. Normalmente, no es necesario
permanecer en la clínica más que unas horas tras la
cirugía.
Suele realizarse bajo anestesia local más sedación,
o menos frecuentemente, bajo anestesia general,
dependiendo de las preferencias de su cirujano. Si
se realiza con anestesia local más sedación, el
paciente se siente relajado y los párpados están
insensibles al dolor; con anestesia general el
paciente está dormido durante la operación.
La intervención suele durar entre una y 3 horas, o
más cuando se asocia a otras intervenciones. Si se
van a realizar los cuatro párpados, generalmente se
empieza por los superiores. La mayoría de las veces
las incisiones se colocan en las líneas naturales de
los párpados superiores y justo debajo de las
pestañas en los inferiores; en algunos casos pueden
extenderse hacia las patas de gallo. A través de
estas incisiones se separa la piel de la grasa y
músculo subyacentes, extirpando el exceso de grasa
y, en ocasiones, el exceso de piel y músculo. Las
incisiones se cierran con suturas muy finas.
En otros casos, en pacientes jóvenes en los que sólo
hay exceso de grasa, se puede realizar una
blefaroplastia transconjuntival de los párpados
inferiores; la incisión se coloca en el interior del
párpado inferior no dejando cicatriz visible.