Para limpiar los lentes lo mejor es agua con jabón siempre que la montura sea de pasta o de un metal poco sensible.
El agua oxigenada o el alcohol hacen milagros para quitar manchas pero pueden dañar seriamente cualquier montura metálica dorada, plateada o coloreada.
Pare eliminar los restos de porquería de la montura y los lentes, lo más recomendable es llevar las gafas a la óptica donde disponen de un aparato de ultrasonidos.
El óptico introduce en una cajita por separado los lentes y la montura.
Esta puede ser una buena oportunidad para que éste revise el estado de las varillas y las fundas y se las devuelva como nuevas.
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