A algunas personas les puede desagradar comer la pulpa del Aloe Vera por su sabor amargo.
Un pequeño truco es lavarla cuidadosamente justo antes de ingerirla.
Una vez en la boca, conviene masticarla a fondo y no tragar hasta haberla convertido en líquido.
Debido a su textura gelatinosa, la pulpa está envuelta en una especie de baba que tampoco resulta muy agradable, pero que se aconseja aguantar en la boca al menos dos minutos para absorber toda su riqueza.
Otra solución es batirla y mezclarla con un zumo de frutas.
Pero tampoco hace falta complicarse mucho la vida para acceder a los saludable encantos del Aloe Vera… Herbolarios y farmacias están bien surtidos de preparados que contienen todos sus secretos.
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