Una dieta vegetariana puede ser adecuada para los niños, si tenemos en cuenta una serie de premisas:
1- Las comidas principales, es decir, desayuno, comida y cena, deben
suministrar energía, proteínas, vitaminas y minerales, al niño. ¿Dónde
las van encontrar? Pues en alimentos como cereales y derivados, en los
tubérculos, legumbres, aceite de oliva y semillas, frutos secos y
algunos dulces. También se encontrarán en la leche y derivados, huevos,
así como en las frutas, verduras, y hortalizas.
2- Considerar
importante la digestibilidad, así como la calidad proteica. La
combinación de algunos alimentos con otros puede proporcionar una
proteína más completa.
3- Cuanto más pequeño sea el niño, más
exigencias nutricionales tendrá. Aunque su capacidad estomacal sea más
limitada, los alimentos tendrán que proporcionar calorías y nutrientes
suficientes en un pequeño volumen. No debe haber exageración en los
alimentos ricos en fibra, para evitar que haya demasiada absorción de
nutrientes, lo que provocaría gases e incluso diarrea.
4- En
la dieta debe haber alimentos ricos en ácidos grasos esenciales y de la
familia omega 3, presentes en los frutos secos y en aceites de
semillas.
5- El calcio será absorbido por el niño en el
consumo de leche y derivados. Su asimilación dependerá mucho de la
vitamina D, tan presente también en los lácteos. La exposición
controlada al sol asegura la formación endógena de esta vitamina.
6- Si la dieta incluye huevos, cereales, legumbres, no existe el peligro de que el niño sea deficiente en hierro.