Las enseñanzas de la vida
Una vez un padre de una familia acaudalada llevó a su hijo a un viaje por el campo, con el firme propósito de que este viera cuan pobres eran las gentes que allí vivían, que comprendiera el valor de las cosas y lo afortunados que eran ellos. Estuvieron un día y una noche en la granja de una familia campesina muy humilde.
Al concluir el viaje y de regreso a casa el padre le preguntó a su hijo:
– ¿Qué te pareció el viaje?
– ¡Muy bonito Papá!
– ¿Viste qué tan pobre y necesitada puede ser la gente?
– ¡Sí!
– ¿Y qué aprendiste?
– Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro.
Nosotros tenemos una piscina de 25 metros, ellos tienen un riachuelo que no tiene fin.
Nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas.
Nuestro patio llega hasta la barba de la casa, el de ellos tiene todo un horizonte.
Papá, especialmente vi que ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia. Tú y mamá tienen que trabajar todo el tiempo y casi nunca nos vemos.
Al terminar el relato, el padre se quedó mudo… y su hijo agregó:
– Gracias papá por enseñarme lo ricos que podríamos llegar a ser.
La Biblia
¿Cuál fue el personaje que se quedó encerrado en la Biblia?
– Abrahaaaam, Abrahaaaam
Leyes de todo buen estudiante
– No mires nada en un laboratorio de física.
– No huelas nada en un laboratorio de bioquímica.
– No pruebes nada en un laboratorio de química.
– No toques nada en un hospital.
– Pero sobretodo, lo que nunca jamas debes hacer, es escuchar en una clase de filosofía.
La secretaria y el jefe
La secretaria le dice a su jefe:
– Me temo que tengo malas noticias.
– ¿Por qué siempre tienes malas noticias?,
Por una vez en tu vida, dime que tienes buenas noticias.
– Está bien. Te tengo una buena noticia… no eres estéril.
En un restaurante…
– Buenas señor, ¿qué quiere usted?
– Pues mire, yo quiero ser rico, famoso, vivir en una isla…
– No, no, perdone, ¿qué desea?
– Pues yo deseo a aquella rubia de la esquina, una limosina y mucho, pero mucho dinero…
– Señor, a ver si nos entendemos. ¿Qué va a tomar usted de almuerzo esta tarde?
– ¡Ah, bueno! ¿Qué hay?
– Pues nada, aquí encabronado sirviendo, ya ve.
Pregunta sencilla
– Oye, ¿a ti que te molesta más, la ignorancia, la indiferencia o la intolerancia?
– Mira, ni lo sé, ni me importa; además me parece una pregunta estúpida.
Pareja de Novios y cita
Una pareja de novios intenta cuadrar una cita:
– ¿A qué hora paso por ti?
– Dime a qué hora te conviene.
– A la que tu quieras.
– A la cuatro entonces…
– No, a esa hora no puedo.
– ¿A las doce?
– No, tampoco.
– ¿En la mañana?
– Imposible.
– Entonces dime cuándo puedes.
– Ya te dije que no hay problema.
Un día llama Dios a San Pedro y le dice:
– El Cielo se está llenando demasiado, así que no debemos dejar entrar a todo el mundo. Cuando alguien toque las puertas del Cielo, tú le pides que te cuente la historia de cómo murió. Si la historia es interesante, lo dejas pasar, pero si no lo es, pues no entra.
Así lo hicieron y de pronto llega un hombre a tocar la puerta y San Pedro le pide que le cuente como murió.
– Pues fíjese que amanecí un poco preocupado porque sentí que mi mujer me estaba engañando. Tenía que asegurarme así que salí temprano del trabajo. Llegué a mi casa y ¡ahí estaba la desgraciada! Desnuda en la cama, pero el tipo no estaba, así que me puse a buscarlo. Busqué en todos lados hasta que recordé que vivíamos en el piso 25 y teníamos balcón. Me asomé y allí estaba él, colgando de la baranda. Me metí a buscar un martillo, le pegué en las manos y él cayó en los arbustos, pero seguía vivo. ¡Entonces fui por el refrigerador, se lo lancé encima y le di al desgraciado! Pero fue tanto el peso del refrigerador que me dio un infarto y caí muerto.
– Interesante historia, entra al Cielo.
A continuación, llega un segundo hombre a tocar la puerta y cuenta su historia.
– Pues fíjese que yo soy muy deportista. Hoy como siempre me encontraba haciendo ejercicio en mi departamento cuando me caí por el balcón. Imagínese, desde el piso 26. Lo bueno es que me alcancé a detener en el balcón del piso de abajo, depronto se asomó un tipo y pensé que estaba salvado, pero entró, agarró un martillo y me golpeó las manos hasta que caí a unos arbustos. Sobreviví, pero entonces el tipo me lanzó un refrigerador encima y aquí me tiene.
– Interesante historia, entra al Cielo.
De pronto, llega un tercer hombre y San Pedro le pide que le cuente su historia.
– Pues no sé que me pasó, yo estaba escondido en un refrigerador…
Dos ladrones
Entran dos ladrones a robar a una casa y le dice uno al otro:
– Suba usted que yo lo espero aquí.
El ladrón sube y cuando llega al segundo piso está el dueño de la casa con un bate y le da su batazo en la cara y le tumba todos los dientes.
El ladrón baja tapándose la boca y el otro le dice:
– ¿Qué pasó hermano como le fue?
El otro contesta:
– No, suba usted porque es que a mí me da mucha risa.
Problema de Memoria
Paseaba un señor con su esposa cuando de repente se encuentra a un amigo. Este lo saluda y le pregunta:
– ¿Cómo seguiste de tu problema de memoria?
– Sabes que bien, el médico me ordenó un estricto tratamiento con droga y si supieras lo bien que me siento.
El amigo le vuelve a preguntar:
– Sabes que yo también tengo problemas de memoria y me gustaría tomar de esa droga. ¿Por qué no me das el nombre?
El señor se queda pensado por un momento y de pronto le pregunta:
– Oye, ¿cómo es que se llama eso que le sale a las maticas en la mañana cuando están a la intemperie?
Eso se llama rocío.
El señor voltea a mirar a su esposa y dice:
– Rocío mija, ¿cómo es que se llama la droga que me recetaron para la memoria?
Repetición
Una pareja se conoce en una fiesta y la misma noche acaban en la cama. Al acabar, ella le pregunta a él:
– Oye, tú no tendras Sida, ¿verdad?
– ¡No!
– Menos mal, ya sería mala suerte pescarlo dos veces en la misma semana.
Final de Fútbol y la esposa
Un tipo está viendo un partido de fútbol en su casa y de pronto llega su esposa y le dice:
– Mi amor, ¿podrías arreglar la nevera, que lleva una semana dañada?
– ¿Nevera? ¿Justo durante la final del campeonato? ¿Acaso tengo un letrero de “Servicio eléctrico inmediato” en la camisa?
– Está bien, discúlpame. Entonces, ¿podrías arreglar el grifo del baño, que lleva un mes goteando?
– ¿Grifo? ¿Ahora? ¿Acaso tengo un letrero de “Servicio de plomería a domicilio” en la camisa? ¡Ya fue suficiente! ¡Me voy al bar!
El tipo sale iracundo y se toma unos tragos en el bar. Ya en la noche, comienza a sentirse culpable y regresa cabizbajo a su casa. Al entrar, nota que el grifo ya no está goteando y la nevera funciona bien. Entonces va a la habitación matrimonial y le dice a la esposa:
– Querida, ¿cómo arreglaste todo?
– Pues cuando saliste, me puse a llorar en la puerta y pasó un hombre joven que me ofreció ayuda. Le conté del problema con la nevera y el grifo y cortésmente me ayudo a arreglarlos. Cuando le pregunté cómo podía pagarle, él simplemente me dijo que eligiera entre darle un pedazo de torta o tener sexo con él.
– Y… ¿qué clase de torta le diste?
– ¿¡Acaso tengo un letrero de “Servicio de pastelería” en la camisa!?
Un alumno demasiado listo
Era el último examen para un curso preliminar de inglés y como muchos de los exámenes en el colegio, lo habían diseñado para eliminar a unos cuantos estudiantes, ya que había sobrecupo.
El examen duraba dos horas y cada estudiante recibió una libreta azul. El profesor, que era muy recto, le dijo a toda la clase que el examen debería estar sobre su pupitre después de dos horas exactamente, que no se aceptaría los exámenes después de la hora convenida.
Media hora después de empezar el examen, un estudiante entró al salón y le pidió una libreta al profesor.
– No va a tener tiempo para terminarlo.
– Sí que lo terminaré. -contestó el estudiante-
– Se sentó y empezó a escribir.
– Después de dos horas, el profesor pidió las libretas y los estudiantes las entregaron. Todos menos el que había llegado tarde.
Después de media hora, este se acercó al escritorio del profesor quien estaba leyendo un libro. Intentó poner su libreta encima de las que ya estaban ahí.
– Ni lo intente, no puedo aceptar eso. ¡Ha terminado tarde! – respondió el profesor pasando la hoja de su libro-
El estudiante lo miró, furioso e incrédulo.
– ¿Sabe quién soy?
– No, no tengo ni idea. -contestó el profesor en un tono de voz sarcástico-
– ¿Sabe quién soy? -preguntó de nuevo el estudiante, apuntándose con el dedo a su propio pecho y asomándose hacia el profesor de manera intimidante.
– ¡No, y no me importa! -contestó el profesor con un aire de superioridad-
El estudiante tomó su libreta y rápidamente la metió en medio de las demás.
– ¡Bueno!
Dio media vuelta y se marchó.
Batman y Robin
Batman y Robin salen de una fiesta muy tomados, al verse Batman tan mal le dice a su compañero:
– Maneja tú Robin, es que yo estoy muy mal.
Robin, muy contento porque era la primes vez que le sueltan el carro, se sube ilusionado, coge la barra de cambios, pone 1ra, 2da,3ra.4ta,5ta, 6ta, la doble. Llega a un semáforo y la deja en neutro. Cuando el semáforo cambia vuelve a empezar de velocidad en velocidad.
Al llegar a la baticueva, le pone reversa y lo apaga.
Batman se baja, se quita el casco, se queda mirando a Robin y le dice:
– Robin dame un beso.
Robin abismado le pregunta:
– ¿Está borracho? ¡No sea gay!
Batman de nuevo le dice:
– Anda, dame un beso.
– ¿Cómo se le ocurre? ¿Está loco?
– Vamos Robin, no te hagas el idiota, tu y yo sabemos que el batimovil es automático.
Un matrimonio en el dormitorio
Un matrimonio en el dormitorio. La mujer le dice al marido :
– Desabrocha mi camisa y dejala encima de la cama.
– Bueno.
– Ahora, deja mi sujetador encima de la silla.
– Claro.
– Mete mis zapatos dentro del armario.
– Está bien.
– Pon mi falda con la ropa sucia.
– Ya esta.
– Dame mis interiores.
– Tómalos.
– Bueno, y que sea la última vez que te pillo vestido con mi ropa.
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