Todo tiene una edad, o al menos eso dicen. Pero lo cierto es que pocas mujeres han conseguido evitar algún que otro brote de acné, esos granitos que en edad adulta aparecen cuando menos te lo esperas y, claro está, cuando menos los necesitas.
¿Y por qué salen si la edad “conflictiva” ya está más que superada? El acné en la vida adulta es diferente al de la adolescencia, aunque también se forma por una acumulación de grasa que bloquea los poros provocando que éstos se infecten. Pero, ¿cuál es el porqué de esta acumulación?
Causas
* El exceso de progesterona. Los días anteriores al periodo menstrual son los más propensos a dar problemas de acné ya que el aumento de la progesterona provoca una mayor acumulación de grasa, las glándulas sebáceas se ponen a tope de manera que si tu pelo es también graso, él también paga las consecuencias.
* El embarazo. Aunque se desconocen las causas y tampoco se puede generalizar, son muchas las mujeres que se quejan de padecer un aumento notable de espinillas y granitos durante su embarazo o bien durante la época de lactancia.
* Desajustes hormonales. Las hormonas no son demasiado estables y, desgraciadamente, en nuestro caso, sufren cambios increíbles pero ciertos que acaban repercutiendo en nuestra piel. Pero lo peor del caso es que estos cambios no tienen edad, es decir, aunque sean más habituales entre las adolescentes, nadie se libra de ellos, ni con treinta ni con cincuenta. Qué le vamos a hacer…
* Mala alimentación. No todos los alimentos son iguales ni todos son tan inclementes con la piel como lo son el chocolate, las pastas, los embutidos o la comida picante. Si quieres evitar esas molestas espinillas y granos, olvídate de ellos.
* Poca higiene. Recuerda que el acné es una cuestión de acumulación de grasa en la piel y que si a la grasa de nuestra piel se añade la grasa externa (polución, suciedad…), el resultado puede ser desastroso. Por eso, es recomendable lavarnos la cara lo más a menudo posible.
* Rascarse y tocarse la cara. No es la solución. Ni mucho menos. Aquello de “espinilla que veo, espinilla que me reviento” es lo más peligroso que hay si lo que se pretende es acabar con el acné. Unas uñas sucias son nuestro peor enemigo.
Evítalos ya y naturalmente
Si lo que quieres es poner fin a esos molestos granitos de manera natural, pon cartas en el asunto y toma nota:
* Evita tocarte el rostro: la principal causa del acné suele ser el propio autocontagio.
* Duerme bien: el descanso es esencial y sin descanso la piel sufre las consecuencias.
* Evita el alcohol y el tabaco y recuerda que no son sólo malos para tu piel.
* Aliméntate bien: recuerda lo que hemos dicho del dulce, no te conviene.
* Límpiate la cara antes de ir a dormir o los restos del maquillaje te pasarán factura.
* Desmaquíllate a conciencia con crema limpiadora y un tónico desinfectante. Lo notarás.
* Usa un exfoliante regularmente (por ejemplo, cada diez días) para eliminar las células muertas que se acumulan en la piel.
* Bebe agua: el agua, siempre beneficiosa, te refresca y evita la sequedad en la piel.
* Tranquilízate: a veces los mismos nervios y el estrés conducen a que aumenten los niveles de grasa de la piel y que en consecuencia aparezcan los granitos.
El mejor tratamiento
No hay tratamiento infalible contra el acné, aunque muchas cremas y pomadas específicas pueden ayudarte, pero antes de elegir al azar es recomendable que hables con tu médico o farmacéutico o hagas un estudio sobre tu tipo de piel. Ni todas las pieles son iguales ni tampoco todas las cremas.
Además de eso, hay medicamentos que pueden beneficiarte en el tratamiento, pero dado que sus efectos secundarios pueden ser aún más perjudiciales que el propio acné, es necesario que acudas a tu médico también, ya que incluso los hay que son incompatibles con la píldora.
Si tu caso es de los graves, te informamos de una de las terapias más modernas que están estudiándose en Estados Unidos: es la de los baños de luz roja que, junto a una pequeña loción de complemento, puede conseguir esos esperados resultados. Pero recuerda que los buenos hábitos son el primer paso.