Distingamos el tratamiento conservador y el quirúrgico:
Tratamiento conservador:
Si no existe compresión nerviosa, o si existe y se puede paliar con las siguientes medidas:
– Estiramientos en posición de lordosis corregida para favorecer la disminución de las contracturas de la parte posterior de las piernas.
– Higiene postural, buscando la cifosis lumbar (procurar al sentarse compensar la curvatura).
– Fortalecimiento de la musculatura abdominal, también con posición corregida, buscando y forzando la cifosis lumbar.
Tratamiento quirúrgico:
Si existe compresión nerviosa y fracasa el tratamiento conservador, habría que valorar unos cuantos factores para decidirse a intervenir:
– Dolor insoportable
– Disminución de fuerza y sensibilidad
– Edad del paciente
– Resultados de las pruebas de radiodiagnóstico, especialmente las referidas a los resultados electromiográficos donde se aprecia un escaso control de paciente en sus funciones digestión y excreción.