Puede obedecer a las siguientes causas:
– Congénita constitucional
– Por traumatismos
– Por degeneración articular (espondiloartrosis, artritis reumatoide, osteoporosis, enfermedad de Paget y otras)
– Por posturas no correctas de forma continuada en el tiempo; por ejemplo, en aquellas personas que se han dedicado toda su vida a coser y manteniendo mucho tiempo la cabeza agachada
– Por fallos en la osificación de la columna en adolescentes (enfermedad de Schenermann