Es natural que la mayoría de las funciones corporales declinen progresivamente a lo largo de la vida adulta. Sin embargo, una
buena nutrición y otros factores de estilo de vida, como mantener en lo
posible la actividad física, pueden contribuir a preservar la pérdida
de tejidos y funciones.
La frecuencia de enfermedades se incrementa con la
edad, donde hay factores dietéticos claramente implicados en su
etiología, y una intervención nutricional adecuada puede tener un papel
beneficioso en su prevención y tratamiento.
Con
frecuencia, las personas mayores comen menos debido a la falta de
actividad, y las ingestas de nutrientes pueden resultar más bajas que
las recomendadas.
Dietas
inadecuadas y con bajo contenido en calorías pueden ser suficientes
para la supervivencia, pero no para el desarrollo de una actividad
física que mejore tu calidad de vida e influir en tu salud.
Una buena alimentación te va a ayudar a un envejecimiento más saludable.