¿Tienes la costumbre de levantarte
de madrugada con la necesidad de comer? Descubre cómo evitar estos atracones.
¿Llegas del
trabajo y devoras todo lo que encuentras en la nevera? A muchas nos ocurre lo mismo!
Porque la tarde y la madrugada suelen ser las “horas claves” para flaquear en
una dieta. Hoy te damos algunos consejos para que puedas evitar estos ataques de hambre.
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Antes de
correr hacia la nevera, reflexiona sobre el por qué de ese ataque de ansiedad. Piensa si
estás nerviosa por algún asunto, si acabas de discutir con alguien o si no te sientes
realizada en cierto aspecto personal. De esta manera tomarás las medidas adecuadas al
problema que se plantea y no te escapará comiendo. -
Ten a mano
una libreta para anotar qué, cuánto, cuándo y por qué estás comiendo. Te enfrentará
a tus hábitos alimentarios y podrás reprogramarlos. -
Ten siempre a
mano, en casa o en la oficina, algunos de los alimentos permitidas en tu dieta. Ante los
ataques de ansiedad, serán de gran utilidad. -
Toma una
infusión bien caliente o una refresco bajo en calorías frío. Te sentirás saciada por
un rato. -
Bebe un vaso
de agua. Incorporar líquidos es una excelente forma de engañar al estómago, de eliminar
toxinas y de purificar el organismo. -
Si no puedes
controlarte, pon una balanza delante de la nevera. Será un barrera infranqueable que te
hará tomar conciencia. -
Busca caminos
alternativos para calmar la ansiedad. Llama a una amiga, cómprate un accesorio o una
prenda de vestir, sal a caminar o ponte a ordenar. Desvía tu atención de la comida.