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Se habla mucho sobre cómo estar guapa de la cabeza
a los pies, pero muy a menudo acabamos deteniéndonos en rostro y caderas y olvidamos que
nuestras extremidades no acaban en las piernas. ¿Qué pasa con los pies? Nadie se acuerda
de ellos. Nosotras sí, porque llega el verano, porque llegan las sandalias y porque
cuidarlos… es también salud.

Los pies,
muchas veces injustamente olvidados, están ahí. Y hay que cuidarlos y embellecerlos en
la medida de lo posible eliminando impurezas, uñas descuidadas y largas, callos… que
sólo los afean y nos acomplejan. Prestarles un poco de atención no es tan difícil con
un poquito de esfuerzo diario, ¿qué tal 5 o 10 minutos?

Lo primero de
todo y antes de empezar el tratamiento, te recomendamos HIGIENE: por mucho que se trabaje
sobre unos pies que no están limpios no se consigue nada. Aunque la tuya sea una ducha
diaria, no es suficiente con estar de pie bajo el teléfono de la ducha, también debes
enjabonar tus pies y luego secarlos con una toalla sin frotar demasiado. Verás que
estimulante.

Si además de
por la higiene, apuestas por la belleza, apunta. Esto es lo que debes saber sobre el
cuidado de los pies:

  • Si quieres un
    baño dedicado exclusivamente a los pies, te recomendamos que los sumerjas en un cubo o
    palangana llena de agua templada a la que puedes añadir un puñado de sal gorda, muy
    eficaz para el relax y la circulación

  • Tras el
    baño, sea o no exclusivo para pies, te recomendamos que para eliminar esas impurezas que
    tanto nos afean utilices piedra pómez que puedes frotar (sin exagerar con la presión)
    por los tobillos, talones, plantas del pie… siempre con suma SUAVIDAD

  • En el caso de
    impurezas más graves, es mejor que utilices una pequeña lima con la que puedes raspar
    sobre la impureza, que tras el baño deberá estar más reblandecida. Pero, recuerda, el
    “raspado” debe ser superficial, sin provocar destrozos

  • Si tras unas
    semanas de cuidados con piedra pómez y lima las impurezas todavía se te resisten, te
    aconsejamos que acudas al podólogo ya que en ese caso es imprescindible ponerse en manos
    de un especialista que cortará las pieles resecas y podrá recetarte alguna crema o
    polvos para tu tipo de piel

  • ¿Qué tal un
    masaje en los pies? No creas que es extraño. Los pies son la base de nuestro cuerpo y a
    ellos también les favorece que estimulemos la circulación sanguínea: un arma para
    combatir también la hinchazón que a veces provoca el calor veraniego

  • Además de
    estos consejos, debes saber que en el mercado puedes encontrar, entre otros, productos muy
    útiles como: cutículas (como las que existen para la manicura), cepillos especiales o
    polvos para evitar la sudoración (que en según que casos también puedes aplicar
    directamente sobre el calzado)

  • Por último,
    sólo decirte que si acostumbras a pintar tus uñas (que siempre deben estar bien
    cortadas), las repases cada dos o tres días. Unas uñas a medio pintar (con trozos de
    color) afean mucho y ofrecen la imagen de descuido que no te puedes permitir. Por el
    contrario, si nunca las pintas y observas que tienen un color amarillento, ponerle remedio
    es fácil con un poco de brillo. Hay esmaltes transparentes o lacas que resultan muy
    útiles para lucir unos pies además de sanos, bonitos.

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