– Hacer una inversión en un buen calzado que permita la adecuada transpiración de la piel. Limpieza interior del calzado.
– Huir de fibras y licras en calcetines para evitar compresiones y estrangulaciones de la circulación de retorno.
– Higiene adecuada.
– Hacer algún deporte moderado, a ser posible fuera del alcance del asfalto y en terrenos irregulares.
– Aplicar crema hidratante en verano.