Después de haberse lavado los pies deberá examinarlos cuidadosamente,
la mejor forma es sentado y con buena luz. Puede ayudarse con un espejo.
Si no puede hacerlo bien pida ayuda a algún familiar.
Presta atención a: lesiones entre los dedos, callosidades en los dedos,
durezas en la planta del pie, grietas, ampollas, zonas dolorosas a la
palpación, zonas con cambios de coloración, heridas o úlceras, uñas
encarnadas.
No use productos anticallicidas porque son excesivamente abrasivos.