El frío, el agua, los continuas rozaduras y los productos químicos, como
los lavavajillas que utilizamos a diario o los disolventes para eliminar los restos de
pintauñas, no son muy buenos amigos de nuestras manos, ni mucho menos de nuestras
delicadas y sensibles uñas.
Para mantenerlas sanas y fuertes, necesitan
que les prestes toda tu atención y cuidados. Recuerda que unas uñas sanas son el
principio de unas uñas bonitas y seductoras. Si las maltratas sin piedad, pronto se
deteriorarán considerablemente, perdiendo su brillo y vitalidad.
En el momento en que observes que tus uñas
se agrietan, se rallan o incluso se rompen, debes ponerte “manos a la obra” y
tomar ciertas medidas, teniendo en cuenta los siguientes aspectos.
- Protección ante los enemigos…
Si no puedes con tus enemigos… ¡ponte
unos buenos guantes de goma! Para evitar que tus manos y uñas sufran los nocivos efectos
de los detergentes y otras sustancias, el primer paso es protegerlas haciendo que no
entren en contacto directo con ellas. Cada vez que vayas a fregar los platos o trates con
cualquier producto compuesto por agentes agresivos, equípate con guantes. Para
introducírtelos y quitártelos fácilmente, ponles un poco de polvos de talco en su
interior.
- Productos de limpieza especiales para
cuidar y proteger tu piel y tus uñas
Hoy en día, cuentas con una serie de
fórmulas en el mercado creadas especialmente para el cuidado de tus manos y uñas. Muchos
de los productos que normalmente utilizas para limpiar tu hogar contienen sustancias
hidratantes y nutritivas que ayudan a conservarlas sanas, tersas y suaves.
- Contra el frío y la humedad
Las inclemencias del tiempo, sobre todo en
la época en la que el frío arrecia y el viento tiene un gran protagonismo, tus uñas
sufren un importante deterioro. No permitas que esto llegue a ocurrir y enfunda tus manos
en unos guantes de lana o cuero.
- Tratamientos mal aplicados
Muchas veces, aquello que pensamos nos va a
permitir conservar nuestras uñas en perfecto estado, consigue todo lo contrario. Cuando
decidas utilizar un tratamiento cosmético, asegúrate antes de sus propiedades y, si
tienes alguna duda, consulta a una persona especialista. Nunca dejes sobre tus uñas un
producto más tiempo del necesario y sigue, paso a paso, todas las instrucciones de uso.
Si, a pesar de hacer todo lo posible para mantener tus uñas en el mejor
estado, no consigues impedir que se dañen, no te preocupes, pues existen diversos
tratamientos que actúan sobre la capa de queratina que las forma devolviéndole todo su
vigor.
No escondas tus uñas y toma medidas.
- Uñas frágiles y débiles
Que tus uñas estén frágiles y blandas se
debe, en la mayoría de los casos, a una falta de minerales. Si tu cuerpo carece de
sustancias tan necesarias para su regeneración, como, principalmente, el calcio, el
hierro y el zinc, la queratina frena su crecimiento y se deteriora. Para evitarlo,
deberás reforzar tu dieta con una buena cantidad de leche y derivados, como el yogur, el
queso o la mantequilla, legumbres, carne, col, champiñones, marisco, pescado y naranjas.
Por otro lado, si esto no es suficiente, tendrás que aplicarte, aproximadamente una vez a
la semana, un sustancia protectora rica en vitaminas y queratina.
- Cuando se quiebran fácilmente
Muchas veces, sobre todo a causa de los
golpes y las rozaduras, tus uñas se rajan y se rompen, sobre todo si son frágiles. ¿Por
qué? En muchas ocasiones debes buscar la respuesta en la falta de hidratación. Si tus
uñas están resecas, debes aplicarte productos ricos en sustancias hidratantes y
emolientes. Te recomendamos también que no las mojes con mucha frecuencia y, cuando lo
hagas, las seques minuciosamente. Procura no dejártelas largas, pues el riesgo de rotura
es mucho mayor. Córtalas cada semana y límalas con cuidado, siguiendo una única
dirección. Si no lo haces, podrías engancharte, por ejemplo con la ropa, los pequeños
salientes que dejan las tijeras y rasgarlas de nuevo.
- Elimina las antiestéticas fisuras
Por todas las razones que hemos explicado
en el anterior artículo, que podemos resumir en un sinfín de agresiones muy habituales
como el agua, el frío, los detergentes y rozaduras, las uñas acaban agrietándose,
formando múltiples y antiestéticas estrías. Si deseas acabar con ellas, púlelas con
mucho cuidado y aplícate después un producto especial para cubrirlas. Si sufres este
tipo de problema, lo mejor es que no las pintes durante una temporada y, en lugar del
esmalte, uses cremas, como te hemos indicado, hidratantes y nutritivas.
Uñas sanas, fuertes y, por supuesto,
preciosas…