Una
puede ser la más elegante de las mujeres, lucir un vestido espléndido, pero si se nos
ocurre asistir a un evento importante, una fiesta, o incluso una reunión de trabajo con
las manos descuidadas, todo el efecto se pierde.
El primer paso para llevar adelante una
manicura exitosa es trabajar sobre las uñas limpias, sin esmaltes ni rastros de él.
Tampoco hay que llevar puestas cremas, ni lociones que dejen una película grasa sobre la
cutículas.
Luego, es conveniente colocar sobre la mesa
de trabajo una taza con agua tibia y remojar allí el utensilio con el que empujarás las
cutículas. Bajo ningún concepto, aunque existan manicuras que lo hagan, cortes tus
cutículas. Crecerán con más fuerza y rigidez.
Una vez que éstas estén más prolijas, ya
puede empezar a tratar las superficie de las uñas. Si existe algún sector que te hayas
lastimado aplica un poco de alcohol con un algodoncito o un cicatrizante incoloro.
Aplica una base fortalecedora y deja secar.
Comienza siempre aplicando el producto desde la raíz porque es la parte que más tarda en
secarse. Pasa una pincelada por el centro y dos por los laterales. Coloca siempre capas
finas. Primero una, deja secar y luego aplica la segunda. No es aconsejable dar una sola
mano y espesa porque tardará en secarse y se pueden producir grumos.
Para que el esmalte permanezca por más
tiempo, aplica una vez terminados los pasos anteriores (con el esmalte ya seco) una capa
de brillo o protector.