La autoestima se
logra a lo largo de la vida: desde nuestra niñez y durante nuestra
adolescencia, como un proceso muy largo.
Las fuentes de la autoestima
inicialmente son externas: nuestros padres, nuestra familia y entorno.
Luego vamos desarrollando la capacidad de tener una autoestima interna
propia la cual es reforzada tanto por las personas a nuestro alrededor
como por las cosas que nos pasan cada día.
Si tenemos muchas
cosas satisfactorias, ésto va ha reforzar nuestra autoestima y al
contrario se maltrata si nos pasan muchas cosas dolorosas.
En la adolescencia
ésto nos afecta muchísimo, pues nuestra autoestima aún
está en desarrollo, y nuestra sensación interna de bienestar
no es tan fuerte como debería llegar a ser.
Entonces cuando sentimos
que algo afecta, como una crítica de un amigo, tenemos dificultad
en analizar la situación, antes de decir si nuestro amigo tiene
razón o no, y no sentirnos mal muy rápidamente.