En la actualidad existen suficientes evidencias científicas que demuestran la influencia positiva del ejercicio físico regular en la salud (el deporte de elite es otro tema).
A pesar de todo, no debemos olvidar que antes de iniciar una actividad física -aunque sea de carácter lúdico-, tenemos que considerar una serie de aspectos encaminados a prevenir lesiones.
Estas lesiones pueden ser:
Agudas (como resultado de un traumatismo)
Por sobrecarga (consecuencia de pequeños traumatismos repetitivos)
Existen una serie de factores que predisponen a la lesión:
Factores estructurales como una laxitud articular, lesiones prévias, etc.
Factores morfológicos y funcionales como malformaciones congénitas o incluso una brevedad de la musculatura isquiosural.
Factores higiénico-dietéticos que incluyen los graves errores en la alimentación y en la hidratación, un sueño insuficiente, hábitos tóxicos, etc.
Factores tecnológicos que abarcan desde un entrenamiento deficiente o erróneo hasta una falta de adaptación al terreno y/o al material deportivo.
Factores psicológicos que contemplan la predisposición al ejercicio físico del individuo sin olvidar el carácter del mismo.
Las medidas preventivas a valorar serán :
Un control previo de aptitud de cada persona, así como un seguimiento médico-deportivo repetido.
La correcta hidratación y alimentación.
Realizar el calentamiento (muy importante), los estiramientos y un el entrenamiento adecuado.
No olvidar la higiene deportiva y personal.
Ayudarse con el masaje.
Respetar las reglas del juego (reglamentos de los distintos deportes).
Entorno donde se realiza la actividad física.