Siempre habrá altibajos en el proceso, pero los adolescentes pueden
afrontar con éxito el divorcio de sus padres y los cambios que esto
implica. Incluso, es posible que descubras inesperadamente cosas
positivas.
Muchos adolescentes acaban descubriendo que, en el fondo,
sus padres son más felices después de divorciarse o desarrollan nuevas
y mejores formas de relacionarse con sus progenitores al pasar más
tiempo con cada uno con ellos por separado.
Algunos adolescentes se vuelven más compasivos y amables con sus
hermanos menores cuando ven que estos necesitan su apoyo y atención. Es
posible que los hermanos de edades similares refuercen su vínculo
afectivo y aprendan a contar más el uno con el otro al hacer frente
juntos a los desafíos planteados por el divorcio de sus padres.
Superar
el divorcio de los padres también puede mejorar la seguridad en uno
mismo y aportar más madurez.
Algunos adolescentes se vuelven más
responsables, aprenden a resolver mejor los problemas, a escuchar más a
los demás y a ser mejores amigos.
Al mirar hacia atrás, muchas personas
aseguran que descubrieron aptitudes desconocidas que les permitieron
afrontar situaciones complejas y que se sienten más fuertes y más
resistentes como resultado de lo vivido.
Se han hecho muchas películas sobre el tema del divorcio y los
padrastros; algunas tienen finales felices y otras no.
En la vida real
ocurre lo mismo. Sin embargo, la mayoría de los adolescentes que
atraviesan un divorcio se dan cuenta a veces para su sorpresa de que
son capaces de superar con éxito esta situación tan difícil.
Darte
tiempo, dejarte ayudar en el proceso y no perder de vista las cosas
buenas de tu vida pueden marcar la diferencia.