Las bebidas isotónicas reciben este nombre porque su composición, es decir, su concentración de partículas, es muy parecida a la de la sangre. De ahí que sea muy rápida su asimilación y que retrasen significativamente la aparición de la fatiga en el deportista.
Se recomienda beberlas frías, durante y después del ejercicio deportivo (de más de una hora), a intervalos de 15 minutos, para ir recuperando las pérdidas de agua y energía paulatinamente y mejorando el rendimiento a la hora de practicar ejercicio.
Las bebidas isotónicas son, en definitiva, una rápida fuente de hidratación para los deportistas. En cualquier caso, se conciben como un complemento alimentario, como un suplemento de vitaminas y sales minerales, pero jamás como un alimento completo. Sólo una dieta sana y equilibrada podrá cubrir las necesidades nutricionales de nuestro organismo.