La natación es la capacidad de mantenerse a flote y desplazarse en el agua, mediante la coordinación de la respiración con los movimientos de los brazos y las piernas
A diferencia de los peces y de algunos mamíferos acuáticos, el ser humano no nace con una capacidad instintiva para desplazarse por el agua; por este motivo, y por el nerviosismo que nos puede provocar un medio que en principio es hostil, es mejor aprender a nadar de muy niño. Cuando antes se aprende a nadar, más fácil resulta.
En la Grecia y Roma antiguas, la natación era practicada como una forma de entrenamiento militar. No obstante, durante la Edad Media su práctica desapareció casi por completo, ya que se consideraba que la inmersión en agua era causa de enfermedades infecciosas. No fue hasta el cambio de mentalidades y valores que se produjo a partir de la Ilustración, que comportó una revalorización del ejercicio físico, cuando desaparecieron los prejuicios sobre la natación. Ya los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna, en 1896, incluyeron la natación.