En la actualidad, existen cuatro estilos reconocidos, cuya técnica se ha ido perfeccionando desde la aparición de la natación moderna, a principios del siglo XIX. Son los siguientes:
Crol (o estilo libre): es el estilo que permite desplazarse más rápidamente, pero también el que exige una mayor coordinación entre la respiración y el movimiento de los brazos. En este estilo, uno de los brazos del nadador se mueve en el aire mientras el otro brazo avanza bajo el agua alternativamente, a la vez que se aspira el aire por la boca al alzar un brazo, y se exhala el aire dentro del agua en el siguiente movimiento.
Braza: las manos se impulsan juntas desde el pecho hacia delante y luego hacia atrás; mientras, y de manera sincronizada, las piernas se encogen y luego se estiran con una enérgica patada.
Mariposa: es el estilo que requiere más fuerza física y destreza técnica. Es parecido al crol, con la diferencia que los dos brazos realizan el mismo movimiento a la vez y las piernas se mantienen juntas, siguiendo un movimiento ondulatorio.
Espalda: tiene la particularidad de que el nadador flota con la espalda sobre el agua. El cuerpo se mantiene en posición horizontal, no se sumerge la cabeza, y se alternan los movimientos de brazos y piernas como en el crol.