Durante los años de la adolescencia, que consisten en la adolescencia y la preadolescencia, muchos jovenes experimentan cabello graso. Al comienzo de la pubertad, las glándulas sebáceas producen mucho más aceite que antes de la pubertad. Esto no sólo provoca cabello graso sino también acné en la cara y el cuerpo.
Las hormonas que provocan el acné son las mismas que pueden hacer que, de repente, tengas la sensación de que te estás peinando con un peine empapado en grasa de motor. Cada pelo tiene su propia glándula sebácea (oleosa), que mantiene el pelo brillante e impermeable. Pero, durante la pubertad, cuando las glándulas sebáceas producen más sebo, es posible que tu pelo tenga un aspecto demasiado brillante, oleoso y grasiento.
Lavarte el cabello a diario o a días alternos puede ayudarte a controlar la grasa capilar. Existe multitud de champús en las tiendas y supermercados entre los que elegir la mayoría de las marcas son muy similares, aunque es posible que quieras probar alguna que esté especialmente formulada para cabello graso.
Usa agua tibia y una pequeña cantidad de champú para hacer espuma. No te frotes o rasques demasiado fuerte no te ayudará a deshacerte de la grasa y podrías irritarte el cuero cabelludo o estropearte el pelo. Después de aclararte, puedes aplicarte un acondicionador; de nuevo, te irán mejor los que sean para cabello graso.
Cuando te peines y arregles el cabello, presta mucha atención a los productos que utilices. Algunos geles fijadores o lociones pueden engrasar el cabello, ¡anulando el objetivo del lavado! Busca productos que sean “sin grasa o “sin aceites.”
Para evitar el cabello graso, conviene no abusar del secador de aire caliente y dejarlo secar en forma natural.
Evitar peinarse en exceso para no desparramar la grasitud en el largo, y tener moderación con el uso de los productos para peinar que lo pueden engrasar.
La grasa es segregada por el cuero cabelludo y no es perjudicial, al contrario, permite proteger el cabello de las agresiones externas y retener el agua. El problema se presenta cuando la secreción es excesiva (seborrea o hiperseborrea)
Al contrario de lo que se cree popularmente, el cabello graso no puede atribuirse a la falta de limpieza, aunque ésta sí influye, y mucho, en el estado del cabello. Es frecuente que el polvo y la suciedad se adhiera con mayor facilidad a estos cabellos, provocando una constante sensación de suciedad y apelmazamiento.
Existe la creencia popular de que un exceso de lavados aumenta la producción de sebo. Esto no es cierto, aunque si lo es que el lavado debe realizarse con productos adecuados al cabello graso y no demasiado astringentes, ya que pueden producir un efecto rebote e incrementar la producción de grasa. Además, el lavado debe ser suave y no hay que frotar en exceso el cuero cabelludo para no excitar las glándulas sebáceas.
Uno de los trucos para evitar el exceso de grasa es utilizar en el lavado agua templada en lugar de caliente, que excita la producción de sebo, y terminar aclarando con agua fría para cerrar los poros. Por la misma razón hay que ser cuidadoso con el secador y utilizar el difusor y el aire tibio o frío. Y, por descontado, evitar secar el cabello frotando la cabeza con la toalla.
Otra medida de higiene conveniente es mantener peines y cepillos limpios de restos de polvo o de productos de acabado como las lacas o los fijadores.
Te ofrecemos algunos remedios caseros que quizás te vayan bien para este problema:
Agua tibia: Con este tipo de cabello se recomienda el uso de agua tibia, ya que si su temperatura es muy caliente incentiva la producción de grasa.
Cítricos: El limón posee propiedades astringentes que ayudan a reducir la grasa. Exprímelo y aplica su zumo después del champú. Además, el aceite esencial de naranja que puedes extenderlo antes del lavado, dejándolo actuar una media de 20 minutos.
Vinagre: Este producto mezclado con agua es un remedio de toda la vida para la eliminación de la grasa.
Menta: Consiste en coger hojas frescas y mezclarlas con unos dos vasos de agua. A continuación, se hierven y cuando se enfríe se procede a su aplicación.
Infusión de cola de caballo: se hierve y deja reposar hasta que este a temperatura media. Tras su aplicación se debe esperar cinco minutos antes de proceder a su aclarado.
Polvos de talco: Puedes echarte un poco de polvos de talco en la palma de la mano para esparcirlo sobre la raíz hasta que no se aprecie, produciendo un efecto secante.
Pero sobre todo ten paciencia porque tu problema del cabello es un problema de la edad.