La transpiración, o sudoración, procede de las glándulas sudoríparas que siempre has tenido en el cuerpo. Pero, gracias a la pubertad, estas glándulas, aparte de volverse más activas que antes, empiezan a segregar distintas sustancias químicas en el sudor que confieren a este último un olor más fuerte. Notarás un olor más fuerte en las axilas. Los pies y los genitales también te olerán de forma diferente.
La mejor forma de mantenerse limpio es ducharse o bañarse a diario utilizando un jabón neutro y agua tibia. Así eliminarás cualquier bacteria que contribuya al mal olor. Llevar ropa interior y calcetines limpios cada día también te ayudará a sentirte limpio. Si sudas mucho, te interesa saber que las camisas, camisetas, calcetines y ropa interior de algodón u otros materiales naturales ayudan a absorber el sudor más eficazmente.
Si te preocupa que te huelan las axilas, prueba a utilizar desodorante o desodorante con antitranspirante. Los desodorantes eliminan el olor del sudor tapándolo, y los antitranspirantes, de hecho, impiden o secan la transpiración. Se venden en forma de barra, bola, gel, aerosol y crema, y se pueden comprar en cualquier farmacia, droguería o supermercado. Todas las marcas son similares (y aquellas donde se indica que están hechas para hombres o para mujeres también son similares, exceptuando los perfumes añadidos).
Si decides utilizar desodorante o antitranspirante, asegúrate de leer bien las instrucciones. Algunos dan mejores resultados si se utilizan por la noche, mientras que otros es recomendable ponérselos por la mañana. Pero recuerda que algunos adolescentes no necesitan desodorantes ni antitranspirantes. Así que ¿para qué utilizarlos si no los necesitas? Muchos anuncios de desodorantes o antitranspirantes te intentarán convencer de que no tendrás amigos o citas si no usas determinado producto, pero si crees que no hueles mal y te bañas o duchas a diario y llevas ropa limpia, es posible que no los necesites.