En busca de un maquillaje más natural se ha optado por las bases mate, lo que no implica que el rostro y la piel se verán más opacos, sino por el contrario, lucirán más naturales y radiantes. La propia piel se traslucirá sin que nada (aparentemente) la tape o entorpezca. Esto, en ningún caso constituye un problema ya que aún si se tiene una piel apagada o de tono olivácea, podrán usarse bases que contengan pigmentos rosados a fin de impartirle frescura. Existe una amplia selección de cremas, bases fluidas, polvos compactos y nuevos gels coloreados que pueden aplicarse en los lugares de relieve del rostro – frente, nariz, pómulos, mentón-, esfumándolos hacia los lados de la cara para unificar la tonalidad del rostro sin que se vean las líneas demarcadoras.
Las mejillas se realzará con un toque de blush en tonos pasteles: rosa, melocotón, albaricoque, naranja glacé…lo más transparentes posible. Los labios deberán resaltarse con colores vivos, los mejores labiales son los cremosos ya que perduran mucho más. La boca conviene delinearla con un lápiz blando del mismo tono del crayon de labios. Las sombras de ojos apropiadas para este tipo de maquillaje natural están comprendidas dentro de la gama de los colores beige y arena. Pueden combinarse con verde bambú o rosa cobrizo, tonos que embellecen y rejuvenecen. Los tonos oscuros, el estilo vampiresa, le dan un aire triste a la mirada. Sólo conviene usarlos para la noche y en ocasiones especiales.