UA

Durante muchos años, se ha considerado que los rayos UVA no eran peligrosos para nuestra salud porque, se creía, no atravesaban las primeras capas de la piel. Hoy, sabemos, en contra de dicha teoría, que los UVA pueden penetrar la piel hasta la dermis, que sus dosis son acumulativas, que su efecto se asocia al de las UVB, y que tienen una acción degenerativa sobre el colágeno dérmico: la piel se arruga y se envejece prematuramente.

Años atrás, cuando nada de esto se sospechaba, los dictados de la moda y el gusto por las pieles bronceadas provocaron la proliferación de lámparas UVA, que, en la práctica, posibilitaban el lucimiento de un color de moda durante todo el año, sin la necesidad de tener que aguardar para ello hasta el verano, ni tener que tomar las precauciones propias de esta época.

Ahora, estos aparatos se encuentran ya en muchos tipos de establecimientos (peluquerías, centros de estética y cosmética, gimnasios…), sin que haya una normativa explícita que regule su instalación y manejo.

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