El frío y el secador son los enemigos del pelo en invierno, lo resecan y deshidratan. Un buen tratamiento incluye champú adecuado y por lo menos un masaje especializado al mes. Toda cabellera tiene hoy su asistencia específica, incluyendo algún tipo de servicios de emergencia.
El clima seco hace estragos en nuestro pelo, lo deshidrata y puede incluso cortarlo. Por esto, champúes y bálsamos específicos son más que un simple llamado publicitario. En nuestro país, atendiendo los factores que pueden ser dañinos y también las tendencias de la moda, es fundamental cuidar el cabello más allá de darle un lavado.
En invierno, cuando el frío y la contaminación atacan, la necesidad de hacerse un cariño en la cabeza aumenta, porque los requerimientos de nutrición e hidratación se hacen evidentes.
Al igual que la piel, el pelo necesita esos dos pasos, hidratación y nutrición. Lo primero que hay que considerar es si es pelo natural o teñido, porque las necesidades son distintas en ambos casos. Un pelo teñido de por sí está más sensible o, finalmente, más dañado por la pérdida de pigmento. En este sentido, es vital el baño de crema, o masajes, como se le llama acá. Una vez por mes si el pelo es natural, y dos veces al mes si está tinturado.
Hoy los secretos son pocos y los productos son muchos. Y cuidar el cabello para mantenerlo bello y sano más bien se reduce a escoger el producto adecuado, porque el mercado tiene de todo.
Dentro de un nivel bueno de calidad, hay champués para pelo seco, graso, graso sólo en cuero cabelludo, teñido, rizado, liso, largo, corto.
Lo importante es elegir un producto de buena calidad porque pasa mucho en este país que la mujer va a la peluquería, queda estupenda, y después compra cualquier champú, no le da continuidad al tratamiento que comenzó en el salón.
En el pelo hay que invertir lo mismo que en el rostro.
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