Piel, pelo y pies merecen especial dedicación en esta temporada. No te olvides de ellos, su apariencia descuidada deja mucho que desear.
Es bien difícil que reflejemos belleza cuando nuestro interior está contaminado o rebosante de toxinas. Que la belleza viene de adentro es algo más que un cliché, es la pura y santa verdad. Pero no nos engañemos: una buena digestión, por sí sola, no provocará una tersura envidiable en la piel de nadie porque para el cuidado externo se ha inventado la cosmética. No han sido años de investigación en vano los que logran que el órgano más grande del cuerpo consiga suavidad y luminosidad.
Piel y cabello tienen la fama de retratarnos. Esto es invariable, porque un mal estado sanitario y una apariencia descuidada no pasan inadvertidos. Los pies, por otro lado, son el símbolo más visible de que el sol llegó a nuestras vidas porque tendrán que desnudarse y mostrarse en toda su magnitud. La idea también es cuidarlos, porque son tremendamente sensibles pese a que tienen la capacidad increíble de soportar todo el peso del cuerpo. Pero no hay que abusar…