Todavía no se puede hablar de borrarlas ni eliminarlas, pero sí es posible suavizarlas. Algo es algo, porque hasta hace muy poco no contábamos con avanzadas cremas ni con un láser dispuesto a atacarlas directamente. Claro que los especialistas también siguen recomendando una dieta balanceada que impida el exceso de peso.
Aparecen y no es fácil que se vayan. Ni siquiera comparable al terror de la celulitis. Las estrías llevan la delantera en materia de concursos antiestéticos.
Cicatrices que se imponen en vientre, muslos, caderas, pechos y brazos del 90 por ciento de las embarazadas. Claro que no son las únicas afectadas. También pueden irrumpir en el 20 por ciento de las adolescentes, en el 15 por ciento de las personas con sobrepeso y en algunos cuerpos masculinos, aunque con menor frecuencia.
Se las define como una atrofia de la piel y se identifican claramente por presentar marcas visibles (simulan pequeños ríos cruzando una pierna, por ejemplo), cambios de pigmentación y adelgazamiento cutáneo. Se generan cuando desaparece la actividad funcional de las células y la producción de colágeno y elastina; cuando se destruyen las fibras elásticas de la piel.
No existe una sola causa que las origine. Varían según el cuerpo y pueden deberse a trastornos endocrinos, cambios bruscos de peso, la acción de la cortisona segregada por las glándulas suprarrenales o por predisposición familiar. A veces surgen sin causa aparente. Lo que está claro es que para evitarlas, siempre es recomendable tratar de no aumentar demasiado de peso.