La piel recibe mucha ayuda a través de los cuidados de higiene y cosméticos que se le brinden. Existe una directa relación entre los hábitos de limpieza del cutis y la calidad de la piel, y esto es por varias razones. El rostro recibe durante el día muchos elementos tóxicos que la dañan y tapan sus poros, además del maquillaje. Si estos elementos no se retiran, se van depositando en la piel, acelerando su oxidación y entorpeciendo su sistema natural de respiración a través de los poros.
Es importantísimo no rendirse en la noche ante el cansancio, porque cualquier producto que se aplique sobre una piel sucia pierde casi el 50 por ciento de su efectividad. Los principios activos de cualquier producto hidratante, nutritivo o antiarrugas no pueden penetrar.
Los laboratorios dan cada vez mayor importancia a los productos limpiadores y son, de hecho, muchas veces el pilar de su producción.
Por la mañana, además de la crema, leche o gel de limpieza, se requieren una loción tónica (por ejemplo, con vitamina A) y una hidratante. Por la noche, lo mismo en cuanto a los dos primeros pasos, pero después viene bien una crema con principios nutritivos.