La sudación excesiva tiene un nombre: hiperhidrosis, y si bien puede afectar a toda la superficie de la piel, por lo general hace sufrir más las palmas de las manos, la planta de los pies y las axilas.
Es justo durante la época veraniega cuando las manos, y el cuerpo en general, presentan una mayor sudación, puesto que la transpiración es la forma natural que tiene el organismo para regular la temperatura corporal y eliminar tóxinas.
Las manos sudorosas son una respuesta normal a la ansiedad y también es habitual que una persona sude mucho cuando tiene fiebre. Pero eso es en casos extremos.
Una sudación abundante en las palmas de las manos puede ser controlada hasta cierto punto con la aplicación por la noche de una solución de cloruro de aluminio. En primer lugar, se seca la zona afectada, a continuación se aplica la solución y, por último, se recubre todo ello con una fina película plástica. Después se lava la zona.
Algunas personas necesitan dos aplicaciones diarias; esta pauta suele aliviar el problema durante una semana. Si la solución irrita la piel, debería interrumpirse el uso de la película plástica.