Verde, amarillo, fucsia y naranja para las más osadas y plateados, cobres y dorados para las más clásicas. El brillo tanto en rostro, ojos y labios es apto para todo el día. Hay que tener en cuenta la condición de la piel, porque el brillo intensifica más los surcos de expresión del rostro.
A la hora de elegir los colores, se debe pensar en crear una armonía general. Hay que considerar también el color de nuestro vestuario, los accesorios y nuestro color de piel, ojos y pelo. Si te parece muy difícil, puedes optar por los neutros. Algo que es un boom para el verano es trabajar con productos cremosos, tanto en sombras como en rubores por su naturalidad y su fácil colocación. En los labios un poco de intensidad en el medio y para finalizar, el infaltable lipgloss.
Para la noche la recomendación es una base totalmente liviana con destellos dorados o plateados, según cuán bronceada estés. Las sombras más modernas tienen brillos tornasolados y vienen en distintos colores. Por último, usar polvos brillosos en la cara para crear diferentes contrastes de claro-oscuro y en los labios jugar con distintos tonos de brillos. Como verás, el verano es para brillar.