La Enfermedad Celiaca tiene una base genética, de forma que se nace
con un riesgo a padecerla; pero no siempre se expresa clínicamente en
la práctica.
El papel de factores genéticos en la patogénesis de la Enfermedad Celiaca
ha resultado evidente tras comprobar la elevada concordancia en gemelos
monocigotos, su mayor prevalencia en los familiares asintomáticos de
primer grado de los pacientes celíacos y su importante asociación con
determinados antígenos del sistema HLA. Sin embargo, la forma de
herencia genética en la Enfermedad Celiaca sigue sin conocerse con exactitud.
Para
expresar la enfermedad celíaca se precisa de la coincidencia de
factores genéticos (antígenos HLA) y ambientales (gluten y otros no
bien conocidos).