Aunque las piscinas son el sitio más común de ahogos
durante la niñez, los niños también pueden ahogarse en cantidades muy
pequeñas de agua.
Simplemente unos pocos centimetros de agua pueden
presentar un peligro porque la reacción inmediata de un(a) niño(a)
pequeño(a) acostado(a) boca abajo en el agua es llorar o respirar,
causándole al(a) niño(a) a inhalar agua en sus pulmones.
Después de dos
minutos sin oxígeno, e(la)l niño(a) generalmente perderá la conciencia.
Junto con piscinas, y otras masas de agua
grandes como océanos, lagos, estanques y ríos, los niños también pueden
ahogarse en remolinos, bañeras, cubetas, cuencas, fuentes, cisternas sépticas, pozos, cisternas,
cisternas de agua.
Una piscina cubierta también pueden ser un riesgo. Un(a) niño(a) que aventura sobre la
superficie de una piscina cubierta puede ahogarse en el agua que se ha
acumulado en el cubrepiscinas, o puede resbalarse debajo de éste y ahogarse.
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