La mayoría de los datos de los efectos de las hormonas sobre la
salud a largo plazo proceden de estudios que comprenden píldoras de
estrógeno y de progestina. Hay disponibles otras vías de administración
de hormonas, como los parches transdérmicos, gels de estrógeno y cremas
y anillos vaginales. Estas formas de estrógeno son todas ellas métodos
igualmente efectivos de tratar los síntomas de la menopausia, como los
sofocos de calor y la sequedad vaginal.
Hay también evidencia para sugerir que los parches transdérmicos de
estrógeno tienen efectos benéficos en los lípidos (grasas) de la
sangre, en el colesterol y huesos, aunque muchos de estos beneficios
son reducidos cuando se comparan con las hormonas que se administran
por vía oral. Varios estudios han encontrado que el beneficio de los
productos transdérmicos en la densidad y en el metabolismo de los
huesos es comparable al de la terapia oral.
La cantidad de estrógeno que entra en el torrente sanguíneo
procedente de cremas y anillos vaginales que contienen estrógeno
depende de los tipos de hormonas y de la dosis. En general, la
administración vaginal de hormonas resultará en niveles más bajos de
hormonas circulantes al compararse con una dosis oral equivalente.
Porque el epitelio vaginal (la capa más externa de piel de la vagina)
responderá a dosis muy pequeñas de estrógeno, las cremas que contienen
dosis bajas de estrógeno pueden usarse para corregir la atrofia
vaginal. La terapia de estrógeno para la vagina no parece proteger
contra la pérdida de hueso o contra enfermedades cardiovasculares.
Fuente: Instituto Nacional del Cáncer
http://www.cancer.gov/espanol/