Las ventajas del colecho deben considerarse siempre que sea un hecho elegido por ambos padres y se practique siguiendo las medidas de seguridad. La ventaja principal consiste en que el bebé sabrá que estás allí,
y podréis responder emocional y psicológicamente de manera muy
beneficiosa. Los bebés mamarán más a menudo sin perturbar el sueño de
su mamá, y también dormiréis todos más que en el caso de bebés
amamantados que duermen solos. Los bebés se despiertan más a menudo,
pero durante menos tiempo que si duermen separados, y permanecen menos
tiempo en la fase de sueño profundo. Los bebés lloran significativamente menos,
lo cual supone, al menos en teoría, más cantidad de energía para
crecer. La mayor oportunidad de amamantar que tiene el bebé se traduce
en una menor incidencia de enfermedades. La proximidad del bebé
permite a los padres responder prontamente a lo que pueda pasar, como
si vomita o accidentalmente una sábana le cubre la cabeza. Las madres
que trabajan pueden sentirse culpables por no estar suficiente tiempo
con sus bebés durante el día. Así, interaccionando con el bebé más
frecuentemente por la noche, amamantándolo y aumentando sus
interrelaciones, pueden sentirse mejor, al igual que sus papás. El
colecho puede hacer que los padres y los bebés se sientan muy, pero que
muy bien.
Estudios de adultos en coma o de gemelos primerizos han mostrado que
la presencia de otra persona en la habitación o de su hermano en la
incubadora mejora significativamente el ritmo cardíaco y la presión sanguínea.
También se cree que durante las primeras semanas de vida del bebé, su
ritmo respiratorio no es suficientemente maduro y es frecuente el caso
de apneas. Si la madre duerme a su lado, además de amamantarle más y
mejor, le proporciona al bebé un patrón de respiración que éste
puede imitar. Sobre todo durante las primeras semanas, parece que entre
la madre y el bebé se establece un vínculo tal que los ciclos de sueño
de ambos se sincronizan, de manera que a menudo la madre se despierta
unos minutos antes de que el bebé la necesite, evitando así despertar
al resto de la familia.
De hecho, se han detectado receptores en la nariz que pueden afectar
a la forma en que el bebé respira, aunque no se conoce su función
exacta. Podría ser que la respiración y el olor de la madre estimularan
algunos de estos receptores, afectando la respiración del bebé. Uno de
los gases que se exhalan en la respiración es dióxido de carbono, que
actúa como un estimulante de la respiración. En un estudio, se midió el
aire exhalado por una madre mientras dormía con su bebé y se confirmó
que cuanto más cerca está el bebé de la nariz de su madre, mayor es la
concentración de dióxido de carbono en el aire exhalado. Es posible que
esta concentración sea la indicada para estimular la respiración del
bebé.
Fuente: Crianza Natural